Salvemos Rioseco confía en completar este año la restauración de la cubierta del monasterio

Patricia Carro

Burgos

Lunes, 12 de febrero 2018 | Actualizado 14/02/2018 17:14h.

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Un sueño hecho realidad. Cuando en 2008 nació el proyecto 'Salvemos Rioseco' sus promotores no se imaginaron, ni por un momento, conseguir rehabilitar el Monasterio de Santa María de Rioseco, que se encontraba en ruinas. Sin embargo, una década después están a punto de cumplir el primero de los objetivos, restaurar las cubiertas conservadas, para frenar el deterioro del cenobio, una pieza patrimonial del siglo XIII, que presenta elementos arquitectónicos del Renacimiento, el Barroco y el Clasicismo.

Juan Miguel Gutiérrez, miembro de 'Salvamos Rioseco', ha explicado que confían en concluir la recuperación de las cubiertas este mismo año. «Es lo fundamental», una prioridad para garantizar que los elementos que siguen en pie no acaben cayéndose. De este modo, a lo largo de 2018 se acometerá la restauración de la cilla, el antiguo almacén del monstaerio, un proyecto que costará aproximadamente 35.000 euros, y que financiará íntegramente el propio colectivo de voluntarios.

En concreto, 'Salvemos Ricoseco' ha iniciado una campaña de recogida de fondos con Hispania Nostra, la asociación para la defensa y promoción del patrimonio cultural y nacional. Llevan recaudados más de 4.700 euros y, lo que no se cubra con estas ayudas, lo aportará directamente 'Salvemos Rioseco'. La intervención incluirá la cubierta, pero también la consolidación de la bóveda, «preciosa», ha asegurado Gutiérrez, pues hay que asegurar los nervios. El elemento data del 1630, si bien presenta un estilo gótico.

Mientras, la Junta de Castilla y León se ha comprometido a asumir la recuperación de la cubierta de la capilla norte de la iglesa, que tiene un coste de 50.000 euros. El proyecto lo redacta 'Salvemos Rioseco', en concreto, Félix Escribano, el arquitecto que ha realizado el proyecto completo de rehabilitación del Monasterio de Santa María. Y la Junta buscará los fondos para acometer las obras, tal como se comprometió el delegado Baudilio Fernández-Mardomingo en una visita reciente al monumento.

Con estas dos intervenciones, la rehabilitación de la cubierta de la nave central, con una inversión de 157.000 euros que acometió el Gobierno autonómico, y las obras en la sala capitular, se daría por concluida la primera fase del proyecto de restauración. Todas las cubiertas estarían consolidadas, ha asegurado Gutiérrez, si bien es cierto que «queda trabajo para muchos años». Toca consolidar todas las ruinas, la torre del abad, la antigua hospedería, que cuenta con una galería jónica impresionante... Y también seguir con el proyecto arqueológico. «Ya no le tenemos miedo a nada», ha afirmado, pero paso a paso.

Lo más importante es que las administraciones han reconocido el papel del voluntariado. «Es muy bonito», una muy buena experiencia, que ha dado sus frutos. Y así seguirá. La campaña estival de voluntariado volverá este próximo agosto, con labores básicas de limpieza y consolidación. Y, mientras, se idearán proyectos para dar vida al monasterio, como propuestas culturales.