Medio centenar de edificios de Burgos, entre la mejor arquitectura moderna

Que la provincia de Burgos cuenta con una riqueza patrimonial envidiable es algo que a estas alturas ya nadie duda. Sin embargo, existe una arquitectura urbana que a menudo pasa desapercibida ente tanto gótico, románico y renacentista. Una arquitectura que a veces es incluso vilipendiada, pero que se erige como muestra de la historia reciente de España.

Se trata de un buen puñado de edificaciones contemporáneas que ocupan espacios clave tanto en la capital como en otras localidades de la provincia y que figuran en la lista del Docomomo, el registro más conocido de arquitectura moderna.

En total, la provincia de Burgos suma 47 edificios en este registro, tras la inclusión de un edificio de viviendas de la calle Francisco Cantera de Miranda de Ebro construido en 1931 por el arquitecto Tomás Bilbao.

En este sentido, buena parte de los edificios incluidos en la lista se ubican en la capital provincial, con varios focos de atracción concretos, como son las primeras manzanas de la calle Vitoria, el entorno del Palacio de Justicia o varios edificios diseñados con objetivos formativos, como el actual IES Padre Aramburu.

También en Miranda hay un buen puñado de ejemplos de arquitectura moderna, repartidos a lo largo del ensanche de la ciudad del Ebro, mientras que otras localidades de la provincia, como Medina de Pomar, Villarcayo o Briviesca cuentan con ejemplos puntuales, fundamentalmente vinculados a la arquitectura de camineros.

Llama la atención, en este sentido, que el registro del Docomomo incluye edificios de toda índole, desde iglesias (El Carmen en la capital provincial o el Buen Pastor en Miranda de Ebro) hasta edificios para viviendas pasando por complejos industriales. A este respecto, Burgos cuenta con tres ejemplos en materia industrial, como son las factorías de San Miguel, Firestone (hoy Bridgestone) y Fefasa (hoy desaparecida).

También llama la atención la inclusión de las piscinas municipales de El Plantío, un complejo diseñado a mediados de los 60' por Fernando Pérez-Lozao Martínez y Víctor González de Buitrago que desde entonces hace las delicias de los burgaleses cada verano. Y eso a pesar de haber dicho adiós a los trampolines años atrás.

También están incluidos en la lista del Docomomo otros inmuebles conocidos y reconocidos por los burgaleses, como el edificio Campo, cuya rehabilitación parece hoy más cercana tras 40 años cerrado. Ubicado en plena Plaza Mayor de la ciudad, frente a otro edificio comercial registrado por el Docomomo, esta imponente construcción llama la atención por muchos motivos. Uno de ellos es que rompe completamente con el entorno con sus cristaleras, por lo que es imposible no reparar en el que fuera un emblema de la modernidad en Burgos.

También son perfectamente reconocibles por los burgaleses otros edificios incluidos en la lista, como el Edinco, el de la antigua Caja de Ahorros del Círculo Católico o la iglesia del Carmen, un templo realizado para los padres Carmelitas por Felipe de Abajo Ontañón y Pedro Gutiérrez Ruiz en 1966 y 1967.

Menos conocidos, o al menos su historia, son otro buen puñado de edificios que a juicio del Docomomo son un magnífico ejemplo de arquitectura moderna. Ese puede ser el caso del antiguo Hotel Condestable, que tras cesar su actividad en los años 90' se reconvirtió. Hoy, es perfectamente reconocible al albergar la tienda de Zara de la calle Vitoria.

En ese entorno se levantan varias edificaciones singulares más, erigidas en su día como hoteles o viviendas y que poco a poco han ido reconvirtiéndose para mantenerse en pie.

De hecho, buena parte de los edificios incluidos en el registro del Docomo han sufrido grandes modificaciones o evoluciones en su uso a lo largo de su historia. Circunstancias que a menudo han garantizado su supervivencia, como la sede de Cruz Roja, actual hospital Recoletas de Burgos.

Otros grandes ejemplos de la arquitectura moderna de la provincia, sin embargo, no han sobrevivido al paso del tiempo. Algunos se encuentran actualmente en estado de abandono, como es el caso del edificio Campo. De otros, como el complejo fabril de Fefasa en Miranda de Ebro, apenas quedan restos puntuales.

También llama la atención en este sentido el peso de varios nombres propios. Y es que, la firma de arquitectos como Marcos Rico, Ignacio Santos de Quevedo, Pedro Gutiérrez Ruiz o Felipe de Abajo Ontañón es recurrente. Su huella, de hecho, está repartida por toda la ciudad, tanto en los edificios registrados en la lista del Docomomo como en otros ejemplos. Sin sus diseños, Burgos no sería igual.

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