Las mascarillas, barrera para los alérgicos que encaran una primavera «moderada» en Burgos

«Las previsiones que manejamos son de una polinización de gramíneas moderada», vamos, que no habrá ni mucho ni poco polen, explica Pedro Carretero, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU). Las previsiones se hacen en función de las lluvias caídas durante el otoño y el invierno. También de las temperaturas de estos meses previos, aunque son «variables», sobre todo en Burgos, donde hay un tiempo muy cambiante.

Por ese motivo, Carretero apunta que habrá que estar atentos a los meses de abril y mayo, pues en función de las lluvias y las temperaturas podría haber variaciones en cuento a las previsiones. El inicio de la polinización suele estar en torno al quince de mayo, finales de mes, y se prolonga durante mes o mes y medio. Así que es en esos momentos cuando los alérgicos notan la mayor sintomatología.

Eso sí, no es de extrañar que se puedan tener algunos síntomas ahora, tras esta subida importante de las temperaturas, pues «algunas partes del polen se rompen» con el calor, explica el alergólogo. Así que, durante estos días, los alérgicos a las gramíneas podrían tener síntomas, y también a lo largo de abril, aunque serán casos puntuales. La misma situación se puede dar con los alérgicos al plátano de sombra, aunque en Burgos hay pocos ejemplares, reconoce Pedro Carretero.

Las medidas de protección frente a la covid-19, en particular las mascarillas, sirven para frenar las alergias al polen. El doctor Carretero recuerda que siempre han recomendado a los alérgicos utilizar mascarillas, pero la mayoría las rehuían porque la sociedad no estaba acostrumbrada a verlas en la calle. Sin embargo, son muy útiles. «Frenan el contacto de la nariz y los bronquios con el polen», explica, así que este año las mascarillas «son una barrera que se va a notar».

Aunque solo nos acordamos de las alergias respiratorias en primavera, la segunda causa de alergias al polen más imporante en Burgos es la alergia a las cupresáceas, y se registra en invierno. La polinización se da entre finales de enero, febrero y marzo, principalmente, aunque «es mucho mas variable que la polinización de gramíneas». Y, por la época del año en la que se da, los síntomas se suelen confundir un con catarro, de ahí que se tarde más en diagnosticar.

Este año, la campaña ha sido «mediana, ni muy intensa ni muy baja, como en otros años», apunta Pedro Carretero, con picos intensos pero otras jornadas con poca presencia de polen. Para el jefe de Alergología del HUBU lo importante es tener controlada la vegetación de la zona en la que se viven, o por la que se transita habitualmente, para controlar del mismo modo las alergias.

Se sigue notando un aumento de los alérgicos al polen, lo que habitualmente se asocia a la contaminación, aunque en Burgos el impacto de la misma es menor, explica el doctor Carretero. Eso sí, se nota que la «contaminación vuelve más agresivo al polen» y que las partículas diésel facilitan que el polen llegue a los bronquias, de ahí que las personas que viven cerca de una gran vía o zona con mucho tráfico sufran más alergías.

De cara a la primavera que acabamos de inaugurar, la recomendación del jefe de Alergologías del HUBU es minimizar la exposición al polen. No salir al campo cuando hay un nivel de polen elevado (algo que se puede controlar a través de la web www.polenes.com, de la Sociedad Española de Alergología, y de la web de la Junta de Castilla y León). También, viajar con las ventanillas subidas y ventilar las viviendas solo a mediodía y durante poco tiempo.

Obviamente, el doctor Pedro Carretero alerta contra la automedicación y recomienda a todos aquellos que duden sobre si tienen una alergia o no a consultar con su médico de Atención Primaria. De allí, les derivarán a Alergología, donde se les diagnosticará la alergias y se les recomendará un tratamiento adecuado.