El cachorro de lobo rescatado el pasado 4 de agosto en Oña, al que un vecino de la zona encontró malherido al borde de la carretera, ya ha sido liberado y se ha reintregrado en su manada. Tras recibir los tratamientos veterinarios necesarios en el ... Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Burgos, el lobezno se puso en libertad el 12 de agosto, aunque se ha mantenido un seguimiento para garantizar que se encuentra en buen estado.
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Durante las dos primeras semanas de liberación, los agentes medioambientales realizaron un seguimiento exhaustivo del ejemplar, para comprobar que se adaptaba al medio, que no era rechazado por la manada y que se garantizaba su supervivencia, explica la Dirección General de Patrimonio Nacional y Política Forestal de la Consejería de Fometno y Medio Ambiente.
A continuación, se ha mantenido ese control a tráves de un sistema de fototrampeo, habitual en este tipo de situaciones. El lobezno fue rescastado por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos. Tras recibir la llamada, en el lugar se personaron un técnico de la Sección de Caza y una veterinaria del CRAS de Burgos, que constató el estado precario en el que se encontraba el animal.
El cachorro estaba desnutrido y presentaba numerosas contusiones y heridas, con hinchazón en un costado e, incluso, presencia de parásitos en las zonas de heridas abiertas. Por ese motivo, la veterinaria optó por trasladarlo al CRAS para realizar pruebas, radiografías y curarlo, a fin de que se pudiese recuperar y integrar en su manada, como finalmente fue posible el día 12 de agosto, aunque no se ha comunicado hasta saber si la integración se había desarrollado con éxito.
Una denuncia de la Asociación para la Conservación y el Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL) dio a conocer los hechos, exigiendo además la liberación inmediata del animal y solicitando información sobre lo ocurrido. Nunca la han recibido, afirman fuentes de ASCEL, que lamentan el oscurantismo y la falta de transparencia con la que la Junta trata estos temas, aunque celebra que el animal se haya recuperado.
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Desde ASCEL recuerdan que el lobo es una especie con reducida presencia en el norte de Burgos, de ahí la importancia de su protección para ir consolidando el número de ejemplares registrados. En los últimos 25 años, se ha reducido en un 39% el número de grupos reproductores y camadas en Burgos, en una provincia que juega un papel conector con las poblaciones de la cordillera Cantábrica, el Sitema Central y el Ibérico.
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