Lanzarán una campaña para recabar testimonios que arrojen luz a la búsqueda de la fosa de mujeres de La Pedraja

La primera excavación dio resultado negativo. Pese a contar con un testimonio muy fiable, el del hijo del caminero que había visto llegar un carro cargado con las víctimas, no se pudo encontra la fosa. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Miranda, que lidera el proyecto junto con la UGT, no desistió en su empeño y en septiembre se volvió a excavar la zona, con igual resultado negativo.

Eso sí, entonces ya se detectó una anomalía que podía explicar por qué no se encontraba una fosa que, según todas las informaciones de las que se diponía, existía y tenía que estar ahí. La zona se había repoblado. Los robles de la época de la Guerra Civil habían sido sustituidos por pinos, tal vez por un incendio, que habría dejado al descubierto la fosa y obligado a las autoridades a buscar una alternativa.

Y en este punto de la investigación se encuentran ahora, recuerda Alberto Mardones, el portavoz de la asociación. Investigando a través de diferentes archivos para saber qué pudo pasar con esas mujeres, dónde se reubicaron sus restos, a fin de recuperarlos. El archivo del cementerio de Villafranca Montes de Oca, los de la Diócesis de Burgos e incluso los de la Guardia Civil son los objetivos del colectivo.

«No nos hemos rendido», afirma Mardones, pues «sospechas hay muchas» e igual que se tenía la información fidedigna del caminero, que se lo había contado a su familia, puede haber otras fuentes que arrojen la luz necesaria para saber cuál es el siguiente paso a dar. Por ese motivo, la asociación está planteando lanzar una campaña para recabar cuanta información sea posible sobre los hechos acaecidos en aquella época.

Con el paso del tiempo, los testimonios se van perdiendo, recuerda Mardones, lo que se une al hecho de que sobre este tipo de sucesos casi nunca se hablaba en las casas. La idea pasa incluso por crear una especie de blog que recopile la información y así «poder encontrar algún dato que nos indique hacia dónde tirar», pues ahora dan muchos palos de ciego. La represión existió; también la fosa aunque ahora ya no esté.

Las hipótesis que se barajan son varias, partiendo de la reubicación. Que fuesen enterradas en el camposanto de Villafranca Montes de Oca, o en sus exteriores, como era costumbre en la época. Que se reubicasen en las fosas de hombres de La Pedraja, algunas de las cuales ya han sido localizadas, y con mujeres en su interior. O que se buscase incluso una ubicación alternativa. Nada se sabe con seguridad.

«Es como buscar una aguja en un pajar», afirma el portavoz de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Miranda, quien reconoce que no se van a rendir porque «algún día aparecerán los restos de esas mujeres». Todavía no saben con certeza cuántas son, pues se habla de 12 o 25 y, como ocurre en estos casos, hasta que no se localice la fosa ni se sabrá cuántas son ni se podrá saber con exactitud quiénes fueron, pues muchas de las desapariciones de aquella época o no se denunciaron o pasaron deapercibidas.

Por otra parte, Alberto Mardones confía en que la nueva ley de la Memoria Histórica en la que está trabajando el Gobierno central facilite todos estos procesos, en los ámbitos administrativos al menos. La normativa remitiría al Gobierno como responsable de la exhumación de las fosas, de la elaboración de un censo de víctimas e incluso de un banco de ADN para facilitar las investigaciones.

Además, se facilitarán los trámites burocráticos a la hora de acceder a archivos y documentos públicos lo que, en el caso de la investigación de La Pedraja, podría facilitar encontrar datos que orientasen sobre qué pasó con la fosa común, dónde están las víctimas. También facilitarían los movimientos de tierra para la búsqueda de fosas. Sin embargo, todavía habrá que esperar a que esa nueva ley se apruebe y, de momento, la única baza que tienen en la asociación es recurrir a testimonios más o menos directos y archivos oficiales.