La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) trabaja, sin prisa pero sin pausa, para concluir las obras de la presa de Castrovido. Sin embargo, en la comarca del Arlanza se les están haciendo interminables estos últimos meses previos a la finalización de los trabajos y ... la puesta en servicio de esta importante infraestructura, en la que ya se han invertido 226,6 millones de euros.
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Es la última cifra que maneja la CHD, cuyos cálculos han llegado hasta el mes de abril, de una inversión total de 230,83 millones. El hormigonado de la coronzación está concluido desde el pasado marzo y, ahora, se trabaja en las casetas de maniobra de las compuertas desde el exterior. Quedan pendientes la instalación eléctrica de la presa, algunos accesos a galerías y remates menores como aceras o barandillas.
También el cierre del aliviadero, del desvío provisional del Arlanza abierto para poder acometer las obras, recuerdan desde el organismo de cuenca. Y hasta que el desvío no se cierre no se podrán iniciar las operaciones para el llenado en pruebas. Eso sí, dicho cierrre depende no solo de la ejecución del resto de las obras sino de que se den las codiciones meteorológicas apropiadas para acometerlo.
«La puesta en explotación de una presa es, en sí misma, una de las fases más delicadas de la construcción y puesta en marcha de la presa», explican en CHD. De ahí que sea complicado establecer una fecha para el llenado en pruebas. Eso sí, el organismo de cuenca insiste en que «si los trabajos continúan al ritmo previsto, el llenado comenzará este otoño», todo con la intención de que la presa pudiera estar en servicio para 2020.
Mientras, en la cuenca del Arlanza siguen mirando el río con recelo, ahora ya los agricultores de regadío. Días atrás, Dositeo Martín recordaba que este invierno han sufrido dos avenidas, una de las cuales volvió a activar las alarmas entre los vecinos. Con la lluvia recientemente caída los terrenos están en buen estado, aunque será necesario que siga lloviendo para garantizar buenas cosechas.
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Sin embargo, como invierno y primavera no han sido especialmente lluviosos, los acuíferos no anda sobrados de agua. Allí donde hay embalses, el regadío se regulará y se espera una campaña normal. En el Arlanza, con Castrovido sin acabar, los agricultores temen restricciones al riego al finalizar el verano, se lamenta Martín.
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