Intervienen cinco cabezas de corzo cazadas con prácticas furtivas en Burgos

Una patrulla receló de la maniobra realizada por un turismo, aparentemente esquiva, para intentar abandonar el lugar en el que se encontraban, cuando sus ocupantes se percataron de la presencia del vehículo oficial.

Los agentes le interceptaron e identificaron a tres personas, que se hallaban en actitud claramente nerviosa, por lo que decidieron practicar un registro al interior del vehículo y a su maletero; en el habitáculo localizaron entre los pies del copiloto y de uno de los ocupantes de los asientos posteriores, cinco bolsas de plástico, que al abrirlas mostraron las cabezas de cinco corzos macho, con evidencias de haber sido recientemente abatidos.

Los 'trofeos' carecían de los respectivos y obligados precintos que deben colocarse en su cuerna una vez cazados, y que permite su traslado y posterior transporte. En el respaldo de uno de los asientos se halló un monocular térmico de uso prohibido y en el maletero también se halló otro, además de diferentes útiles de caza.

Los infractores procedían de otras provincias de Castilla y León y de Cantabria; llamó la atención el hecho de poseer la documentación personal, la de caza y las autorizaciones cinegéticas correspondientes para el abate del corzo en vigor, y portaban un precinto en regla, pero apto para un acotado de la comarca de Las Merindades, donde supuestamente habían abatido los cérvidos.

Las pesquisas practicadas han permitido descubrir al principal responsable, al que se le ha levantado acta denuncia por diversas infracciones a la Ley de Caza de Castilla y León; se ha intervenido un rifle con visor y numerosa munición del calibre 6'5 creedmoor, prismáticos, monoculares térmicos, navajas, linternas y otros objetos cinegéticos.