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Tras una campaña electoral marcada por la despoblación y la repoblación, el medio rural sigue ahí. Si se le escucha se puede aprender mucho sobre sus necesidades. También sobre sus reivindicaciones, sobre su idiosincrasia. Bien está hablar de inversiones, de empleo, de servicios, pero un ... pueblo necesita cultura. Cultura para generar empleo, invertir en cultura, aprender a través de la cultura, desconectar, disfrutar, fomentar la vida social.
Así lo entiende la Asociación de Mujeres Rurales de Vilviestre del Pinar. Ellas han sido las impulsoras de esta nueva iniciativa del pueblo, un pueblo que en los últimos años ha apostado por la dinamización social y cultural. La iniciativa consiste en la creación de una biblioteca libre.
Se trata de un punto creado en los soportales del edificio del ayuntamiento. Ahí se ha colocado una instalación en la que se pueden dejar libros y también recoger. Quien entrega su libro tiene que entender que lo está donando, que este emprende ahí un camino propio para que alguien, al abrirlo, comience otra aventura.
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El funcionamiento es sencillo: «deja los libros que no necesites y llévate los que quieras leer». Andrea Mediavilla, presidenta de la asociación, explica que todo comenzó por una coincidencia. Ella es diseñadora de interiores, acudió una obra donde había muchos libros que pretendían tirar. «Entendí que había que hacer algo con aquellos libros, no se podían tirar», explica.
Se lo propuso a las socias de la asociación y estas aportaron una estantería donde ahora descansan los libros a a espera de inquietos lectores. El punto se ha instalado este fin de semana del 12 y 13 de febrero, pero Mediavilla reconoce que «ha sido bien recibido».
Explica que se trata de eso, «de un intercambio, el pueblo ya cuenta con una biblioteca, esto es una iniciativa diferente». Se trata de ofrecer otra experiencia en torno a la lectura, algo más desenfadado y más accesible, algo que propicie el intercambio de ideas, de opiniones.
Explica Mediavilla que, además, la biblioteca del pueblo se ha conformado con libros procedentes de donaciones «y no entran más. Sabemos que la gente quiere donar sus libros».
Decía Federico García Lorca que él no tenía libros, porque regalaba cuantos compraba, por el placer de compartir una experiencia con la que él ha gozado. Defendía el escritor que a través de la cultura se podían resolver los problemas del pueblo. Para García Lorca gozar de los frutos del espíritu humano, como la cultura, era ofrecer a los ciudadanos una oportunidad para no convertirse en esclavos de una terrible organización social.
«Libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón», decía García Lorca. Libros, horizontes en Vilviestre gracias a la Asociación de Mujeres Rurales Rurales de Vilviestre del Pinar.
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