La Junta de Castilla y León quiere definir una propuesta de actuaciones que «refuercen, impulsen y desarrollen» la conservación del águila perdicera en la provincia de Burgos. El objetivo es «alcanzar un buen estado de conservación de las poblaciones de la especie en Castilla y León, además de mejorar su hábitat».
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En el censo de águila perdicera se han localizado dos territorios en Burgos, de los 18 que hay en Castilla y León, uno de ellos ocupado por un único ejemplar.
En la provincia, la población de esta águila se localiza en dos núcleos, uno de ellos situado en el norte, asociado a los cortados del tramo inferior del río Ebro en el norte, el la zona del cañón del Ebro.
El declive más acusado se produjo en la década de los 90 y en la primera década de este siglo, lo que afectó acusadamente al núcleo burgalés. Los problemas de conservación actuales parecen estar relacionados con la escasez de las especies de presa y las altas tasas de mortalidad causadas por tendidos eléctricos.
Especie vulnerable
En el año 2010 existían en Burgos tres parejas de águila perdicera y se ubicaban en la zona objeto de protección determinada por la Junta de Castilla y León, en el curso alto de Ebro en la provincia.
La mala noticia de la escasez de ejemplares se dulcificaba en 2016 con el nacimiento un águila perdicera en Burgos gracias al proyecto Life Bonelli que lograba sacar adelante cinco pollos de esta rapaz en ese verano.
La realidad es que Burgos era una de las provincias en las que más parejas hubo en los años 70 del siglo pasado, cuando se llegaron a contabilizar más de 40 en los entornos del Ebro y de los Montes Obarenes. Cuando las plagas y algunas enfermedades redujeron la población de roedores, conejos, liebres y estas especies que eran su principal alimento, mermó la presencia de la perdicera.
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En Castilla y León
En Castilla y León la especie ha desaparecido de buena parte de su área de distribución histórica, quedando relegada a dos núcleos principales, los Arribes del Duero y los Cañones del Duero, en las provincias de Salamanca y Zamora, y el otro ubicado en los Cañones del Ebro en Burgos.
Para reforzar la presencia del águila perdicera, la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha reservado un presupuesto de 183.759,35 euros que se ha de ejecutar en dos anualidades y a lo largo de un año y cuatro meses. Cuenta con financiación europea de los fondos Next Generation.
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Con estas actuaciones se quiere realizar un seguimiento de la dieta de la especie y marcaje de pollos; aumentar la disponibilidad de alimento a través de la suplementación; realizar una valoración de los recursos tróficos en los territorios de nidificación de la especie.
Se pretende estudiar la potencialidad de los territorios de águila perdicera para determinar las áreas de reforzamiento, y la redacción de un plan del águila perdicera en Castilla y León.
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