Dan por controlado el incendio de Quintanilla del Coco, tras una semana activo

A día de hoy, el incendio de Quintanilla del Coco se da por controlado. En concreto, desde las 16:15 de este domingo, una semana después de que se activasen las alertas. El viernes, el nivel de peligrosidad volvía a cero, después de que fuera necesario declarar el nivel 2 ante el avance sin control de las llamas y la evacuación de cinco municipios. Y en el lugar sigue desplegado el operativo de la Junta, que requirió de toda la ayuda posible para hacer frente a la tragedia.

El fuego se originó sobre la una y cuarto de la tarde. Inicialmente hubo cierta confusión pues el primer foco se registró en Tejada, pero enseguida se controló. Sin embargo, las adversas condiciones meteorológicas del domingo, con una elevada temperatura, mucho calor ambiental, viento y poca humedad, hicieron que las llamas de propagaran rápidamente desde Quintanilla del Coco.

El frente avanzaba a una gran velocidad, así que a las tres de la tarde se declaró el nivel 2 de peligrosidad y el siguiente paso fue acordar la evacuación de Santibáñez del Val y Santo Domingo de Silos, hacia donde se dirigían las llamas. A partir de ahí, llegó el infierno, como lo han calificado afectados, alcaldes y los propios efectivos del operativo de extinción.

La evolución del incendio obligó, a última hora de la tarde, a evacuar Hacinas, Carazo y Villanueva de Carazo, no sin incidentes dada la falta de información de la que, desde el principio, se han quejado los alcaldes de la zona afectada. Quejas que han llegado a la indignación en el caso de la regidora de Santibáñez del Val, a la que nunca informaron de que su pueblo se estaba quemando.

El frente del incendio llegó rápidamente a Santo Domingo de Silos, donde tras un esfuerzo coordinado de todos los medios terrestres y aéreos, se consiguió frenar. Eso sí, el Convento de San Francisco quedó rodeado por las llamas y, con él, el operativo que estaba defendiendo la entrada al municipio. Se salvó, como también lo hizo el monasterio, cuyos monjes fueron evacuados a Aranda de Duero.

Sin embargo, la situación en Santibáñez del Val fue devastadora. El fuego entró como una gran llamarada en el pueblo y los bomberos, de Burgos y los voluntarios de diferentes parques de la Diputación, solo podían ver cómo iba devorando vivienda tras vivienda. Consiguieron frenarlo en la parte alta, junto a la carretera, pero la zona de abajo ha quedado muy dañada.

Las primeras estimaciones hablan de medio centenar de edificios quemados y, aunque no todas son viviendas, algunos vecinos sí que han perdido sus casas y tendrán que ser realojados. Las pérdidas materiales son cuantiosas, todavía se están evaluando, pero lo peor son las pérdidas emocionales, y el miedo que han pasado los vecinos al ver cómo las llamas se comían su pueblo.

La noche fue muy dura para el operativo de extinción, pero con la luz del día llegó la estabilización del incendio. El dispositivo regional, reforzado con los bomberos de la Diputación, los de Burgos y Miranda, las BRIF y la UME del Gobierno central, conseguían frenar las llamas, una buena noticia después de haber visto cómo en Zamora se sucedían los días y el fuego no paraba.

Los vecinos desalojados de Santibáñez, Silos, Hacinas, Carazo y Villanueva de Carazo fueron evacuados a Salas de los Infantes, donde recibieron la primera atención psicológica y fueron muy bien atendidos. Otros muchos se realojaron con familiares y amigos, y otros fueron remitidos a Huerta de Rey o Caleruega. Además, el resto de la comarca se volcó con los afectados.

Eso sí, pese al buen trato, que narraban también los participantes de un campamento familiar que estaban en Silos en el momento del incendio, todos los vecinos querían volver a sus casas para ver qué había pasado. Era mucha la incertidumbre, sobre todo en Silos y Santibáñez. Y el esperado regreso llegó el martes. Primero se permitió volver a Hacinas, Carazo y Villanueva; luego, a Silos y Santibáñez, pendientes estos últimos todavía del informe técnico de daños.

El martes se confirmaba también lo que, el mismo día del incendio, avanzaba la Junta. El fuego se habría originado por una negligencia, en principio, el trabajo de una cosechadora en un horario en el que, por la alerta de ola de calor, no estaba permitido. Guardia Civil detuvo a un agricultor que, tras negarse a declarar, fue puesto en libertad. Se sigue investigando el caso.

También el martes se rebajaba el nivel de peligrosidad a 1, y habría que esperar al viernes para verlo bajar a 0. Mientras, llegaban los primeros balances de daños. 2.500 hectáreas calcinadas, con una afección del 11,5% al Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla. Explotaciones ganaderas quemadas en Silos y Quintanilla del Coco, lo mismo que pajares, locales y viviendas.

En Silos, pese al susto inicial, el impacto ha sido menor: ninguna vivienda y unos ocho pajares. Se libró también el Cementerio de Sad Hill y el resto de los escenarios cinematográficos. Y la ermita de Barriouso, gracias al trabajo de los vecinos. El único consuelo en Santibáñez del Val, que todavía no se cree lo que ha ocurrido, mientras reclama ayudas para sus vecinos.

Desde la Junta ya han anunciado que cubrirán aquello que no cubran los seguros, y han sido varias las iniciativas privadas que se han puesto en marcha para ayudar a los vecinos. Ahora, con el incendio ya controlado, arranca la maquinaria de restauración y recuperación, acciones que llevarán muchos meses de duro trabajo.

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