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Noelia mariscal / ical
BURGOS
Domingo, 18 de noviembre 2018, 12:33
La Navidad siempre ha sido sinónimo de paz, amor, esperanza, solidad, generosidad, o gratitud. Durante el último mes del año la gente aprovecha estas fechas para disfrutar junto a su familia y amigos, con grandes comidas y mostrando su lado más generoso. Pese a ... que aún quedan varias semanas para la llegada de esta especial festividad, el denominado espíritu navideño ya comienza a verse en los escaparates de las tiendas, los anuncios de televisión, e incluso en la iluminación de las calles. Sin embargo, no hay nada más navideño que la Lotería de Navidad, un sorteo que tiene lugar cada 22 de diciembre y por el cual mucha gente finaliza el año con una sonrisa y el bolsillo lleno.
Cada año, el anuncio publicitario de la lotería nos muestra la solidaridad de las personas, historias que parecen irreales y que nos hacen creer lo mejor de la gente en unas fechas tan señaladas y donde el ámbito familiar y la ayuda al prójimo son lo primero. Y pese a que muchos consideran que estos anuncios son demasiado 'bonitos' e 'irreales', lo cierto es que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción, y casos como los que se ven en la televisión pueden ocurrir en la vida real.
Recientemente, se supo la noticia de un hombre de 65 años que fue detenido en la capital burgalesa por apropiarse indebidamente de un décimo de lotería premiado con un segundo premio. Sucesos como este hacen pensar que no siempre este espíritu de solidaridad que trae consigo la Navidad es verdadero, sin embargo no siempre es así,
Un ejemplo de ello es la localidad burgalesa de Huerta de Rey. Este pequeño pueblo, se puede considerar como uno de los más afortunados puesto que ya son tres las ocasiones en las que ha tocado la lotería allí, y además en espacios muy cortos de tiempo. 1998 fue el primer año que tocó en esta zona. Durante el mes de abril, la lotería nacional premió a varios vecinos con una importante suma de dinero. Pero unos pocos meses después, en enero de 1999, Huerta de Rey volvió a sentirse afortunada. El pub 'Warta', de Carmelo Rica, fue el encargado de vender el boleto premiado aquel año.
Su dueño no solo repartió felicidad entre los agraciados, sino que además mostró una gran solidaridad al guardar el boleto premiado a uno de sus amigos. Esta simple acción, que puede parecer algo natural, no siempre ocurre, y en ocasiones familias enteras han dejado de hablarse por motivos como este. Rica cuenta que aquel año, su amigo, «no podía venir entonces yo le reservé uno y tocó». Tal vez otra persona hubiese aprovechado ese despiste para quedarse con el boleto, sin embargo él decidió dárselo. «Yo ahora mismo reservo mucha lotería a gente», afirma, «y si hay alguno que no puede venir reservo aunque no me lo paguen», continúa, «si lo tienen guardado se lo doy, no me lo quedo».
Sin embargo, Rica afirma que «siempre hay algún problema», porque «la lotería es muy peligrosa». Además, recuerda que desde aquellos años, la gente comenzó a acercarse más al pueblo a comprar lotería. «La gente se cree que va a volver a tocar», explica, «ahora hay muchísimo vicio». «El problema», cuenta, «es que te viene muy bien cuando toca pero ahora se gasta la gente mucho dinero», porque, continúa, «cree que va a volver a tocar y nos gastamos mucho dinero».
Lo que los vecinos de Huerta no sabían es que una dicha mayor llegaría en 2012, con el sorteo de 'El Niño', que premió a todo el pueblo con 78 millones de euros, gracias a la venta de 390 décimos. En esta ocasión, el anteriormente conocido como bar 'El Frontón' y su dueño Iván Izquierdo fueron los encargados de vender los boletos premiados. Hoy, uno de los protagonistas es su padre, Dionisio, quien mostró una vez más un acto de generosidad al comprar un décimo para uno de sus amigos de toda la vida, y entregárselo una vez fue público el número ganador.
Dionisio y Tomás Chicharro, natural de Olmillos (Soria) llevaban trabajando juntos toda la vida, «hasta que nos han jubilado», cuenta Izquierdo. «Llevaba 40 años trabajando con él mano a mano», explica, «en ningún momento se me pasó quedármelo», asegura.
Ese año, Chicharro le llamó y le pidió que le cogiese un boleto de lotería, una petición que solía repetirse cada año, con la diferencia de que aquella vez la lotería tocó en Huerta. Dionisio recuerda como aquel día, al primero que llamó nada más saber que habían ganado, fue a Tomás.
Un dicho popular siempre ha dicho que la lotería solo toca una vez en la vida, Huerta de Rey ha demostrado lo contrario, e incluso sus propios vecinos lo corroboran. Carmelo sostiene que antes «se decía que no hay dos sin tres», y de hecho, «yo pensaba que no iba a volver a tocar y mira, tocó y encima una más gorda», en referencia al bote del 'Niño' de 2012. Por su parte, Dionisio asegura que él no cree que solo pueda tocar una vez en la vida, «me tiene que tocar este año otra vez», afirma entre risas.
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