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Manel González Cortijo
Martes, 8 de agosto 2023, 07:27
El girasol, la patata, la alfalfa y la remolacha no aquejan tantos problemas en la provincia de Burgos como los cereales. A estos cultivos el agua de junio les vino mejor y han salido con buena muestra, como señalan los sindicatos agrarios en la provincia ... de Burgos. Desde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) señalan que «desde el Duero hasta el Ebro, el girasol aparenta estar de diez».
Otro asuntos son los precios dentro de un mercado fluctuante. Según aseguran los productores de alto oleico de girasol, este llegó a cotizar al terminar la campaña pasada hasta los 1.000 euros la tonelada en sus categorías de mejorar calidad. Sin embargo, en noviembre sufrió una caída que situó el precio en los 300 euros. Esto ha provocado, como confiesan los productos, que ahora mismo exista «mucho girasol guardado en casa. Cuando el girasol estaba cerca de los 1.000 euros algunos pensaron que llegaría hasta los 1.500 la tonelada y esperaron a vender. Lo que pasó es que bajó a 300 euros la tonelada», apuntan desde la UCCL.
Hace mas de dos décadas, el girasol era un cultivo rentable y deseable porque los agricultores recibían buenos precios gracias a las subvenciones de la PAC y los costes de producción eran muy bajos. Las importaciones desde Rusia y Ucrania, junto con el aumento imparable de los costes de producción, marcaron el declive de la producción española de girasol.
Desde que comenzó la guerra de Ucrania y la descontrolada subida del precio del aceite de girasol, todos los agricultores aumentarón la plantación de girasol a nivel nacional. La provincia de Burgos, una gran productora a nivel nacional, no ha sido una excepción.
Las lluvias de junio han beneficiado a estas plantaciones más tardías, como la colza o el girasol, que parecen tener un buen desarrollo. La cosecha comenzará con la llegada del otoño.
«A principios de agosto, la tonelada de alto oléico se sitúa a 460 euros y se encuentra en subida. Pero estos precios no son suficientes para los agricultores», avisan desde el sindicato agriario ASAJA.
Según indica el Ministerio de Agricultura, Castilla y León es la comunidad que más superficie tiene dedicada a este cultivo (41 %) y la que mayor producción obtiene, seguida por Andalucía (28 %) y Castilla - La Mancha (22 %). En España la superficie sembrada de girasol está estabilizada en 700.000 hectáreas, (el 18 % de la Unión Europea), siendo el tercer país en cuanto a la superficie sembrada solo por detrás de Rumania y Bulgaria. La Unión Europea trabaja cuatro millones de hectáreas, mientras que los países del este, como Rusia y Ucrania, trabajan 14,5 millones de hectáreas.
La media española de producción tiene una incertidumbre entre cosechas del 25 %, lo que hace del girasol un cultivo poco seguro. El consumo doméstico de aceite de girasol (184.000 litros aproximadamente) está más que asegurado con la producción nacional de entre 250.000 y 300.000 litros.
Hace mas de dos décadas, el girasol era un cultivo rentable y agronómicamente deseable porque los agricultores recibían buenos precios gracias a las subvenciones de la PAC y los costes de producción eran muy bajos, las provincias con más producción son Burgos, Cuenca y Sevilla.
Entre los productores de girasol de la provincia de Burgos surgen dudas por si sale a cuenta o no aprovechar la moratoria para sembrar las tierras en barbecho. En algunos casos, quizá convenga dejarlo en barbecho, ya que hay que tener en cuenta que algunas tierras burgalesas y las declaradas como interés ecológico tienen a ser menos productivas. Por ello, sembrar girasol en secano puede llevar a que no se alcancen los 1.000 kilos por hectárea. A esto hay que sumar los inevitables costes.
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