El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat, más conocido como la ONG Grefa, ha solicitado a Noruega capturar y devolver al ejemplar de buitre negro Brínzola. Se trata de una hembra que recorrió más de 3.000 kilómetros desde Huerta de ... Arriba, donde fue liberada por Grefa dentro del Proyecto Monachus, hasta llegar al país escandinavo.
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Este ejemplar fue noticia en su momento. En 2019 cruzó Europa y fue posible seguir sus peripecias gracias a la señal de su emisor. Actualmente sobrevive en Noruega compensando las pocas horas de luz de esas latitudes con cierta actividad nocturna. Pero a medida que avanza el invierno y se agota la batería de su emisor, en Grefa preocupa más el futuro inmediato de este ejemplar, por lo que han propuesto a las autoridades noruegas capturarlo para devolverlo al punto de la sierra de la Demanda donde fue liberado.
Desde Grefa señalan que «es posible que Brínzola pueda sobrevivir al invierno e, incluso, encontrar el camino de vuelta, pero si su GPS deja de emitir no volveremos a saber de ella y, por lo tanto, nunca conoceremos el desenlace de esta migración inédita». La ONG explica que el acelerómetro de su emisor indica que desde el 31 de octubre Brínzola ha variado el patrón que se considera «normal» con picos de actividad durante el día y reposo por la noche a otro representado por una actividad continuada a lo largo de las 24 horas del día como adaptación a las pocas horas de luz.
Debido a esto, Grefa se puso en contacto en noviembre con el Ministerio de Clima y Medio Ambiente de Noruega y se planteó la posibilidad de capturar a Brínzola y devolverla a la Sierra de la Demanda. Allí fue liberada en 2018. Como confirma Lorena Juste, responsable al frente del Proyecto Monachus de Huerta de Arriba, «hay disposición pero no tenemos los permisos físicos».
La ONG permanece a la espera de una respuesta del Gobierno noruego con la que trazar el plan para traer de vuelta a Brínzola a Huerta de Arriba. Aquí se reencontraría con el macho de buitre negro Batman, su expareja, que sí se ha fijado en la incipiente colonia reproductora de buitre negro que desde el Proyecto Monachus se está intentando crear en la sierra de la Demanda.
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Pese a estas circunstancias, «un tanto preocupantes, la realidad es que de momento Brínzola se encuentra en buen estado. Prueba de ello es que sigue desplazándose y encontrando alimento suficiente como para sobrevivir», confirman desde Grefa. Eso sí, advierten que ahora es cuando comienzan los meses más duros y determinantes para el futuro de esta hembra de buitre negro, que tanto ha cautivado a los amantes de la naturaleza de toda Europa.
A mediados del pasado mes de mayo, tras recorrer más de 3.000 kilómetros desde Huerta de Arriba, Brínzola cruzó la frontera de Suecia con Noruega. Lejos de quedarse ahí, siguió adentrándose en ese país y ahí sigue asentada. Una de sus últimas imágenes fue tomada en el mes de noviembre cuando fue fotografiada por un colaborador cuando se encontraba descansando sobre la copa de un árbol en una zona muy poblada. Sorprende que, después de ocho meses por el norte de Europa, Brínzola haya conseguido sobrevivir pese a la ausencia de otros buitres y de puntos de alimentación para aves necrófagas.
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En este mapa se puede seguir el viaje de Brínzola hacia el norte de Europa.
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