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Gasolinera cerrada en la comunidad. Jesús Nieto
Los esqueletos de la carretera: doce gasolineras de Burgos cierran en la última década

Los esqueletos de la carretera: doce gasolineras de Burgos cierran en la última década

El cambio en la logística de las carreteras, como la liberación de la AP-1, principal causa del cese de actividad en las estaciones de servicio

Lunes, 20 de septiembre 2021, 08:11

Esenciales durante la pandemia y «olvidadas» el resto de periodos. Son las estaciones de servicio de la provincia de Burgos. Han sufrido durante los estados de alarma los azotes de la covid-19 y, en esta ocasión, por obligarlas a funcionar al 100%. «Hemos estado ... abiertos cuando prácticamente no existía la movilidad. Eso ha golpeado al sector. No nos quejamos por quejar», apunta Rafael Pizarro, de la Federación de Empresarios de Comercio de Burgos.

Pero precisamente la covid-19 no ha traído de la mano cierres de gasolineras en la provincia (se estima que haya 110). De momento. Han sido otras circunstancias las que han acabado con el cese de la actividad de doce estaciones de servicio en la última década en la provincia. Sí, la provincia ha visto cómo una docena de gasolineras colgaban la manguera para no volver a repostar.

Entre los factores que afectan han sido los cambios de tramos de vías las que han propiciado ese cierre. Entre esas modificaciones, destaca la liberación de la AP-1, lo que ha propiciado que en la N-1 disminuyera el tráfico. «Varían un tramo de una carretera y el negocio, literalmente se cae», continúa Pizarro.

La España vaciada

Se estima que alrededor de una decena de gasolineras hayan cerrado por los cambios de vías, pero hay otros factores que han golpeado al sector. El más evidente es la despoblación. La merma de ciudadanos en el entorno rural (la mayoría de las estaciones de servicio están alejadas de los grandes núcleos de población) ha invitado al desmantelamiento. Un hecho que sucedió concretamente a finales del siglo XX y al inicio del XXI. De hecho, en los últimos diez años tan solo se ha cerrado una gasolinera por el mal endémico de la España vaciada.

Otro caso, excepcional donde los haya, fue el cierre de la gasolinera de la 'aduana', en esta ocasión a través de una sentencia judicial a finales de la primera década del siglo XXI. El Ayuntamiento otorgó una licencia para su construcción en la salida de la capital, en dirección a Vitoria. Se hizo en un suelo destinado a equipamientos públicos y viales y un empresario del sector recurrió la medida y ganó el juicio. Las licencias ambiental y de obras fueron declaradas nulas.

Asimismo, el consistorio de la capital indujo el cambio en el PGOU. La Junta, siguiendo un procedimiento ordinario, autorizó la modificación, pero el particular, con otra gasolinera a escasos metros, insistió en su oposición y elevó recurso en Valladolid. Una sentencia posterior invalidaría también el cambio en el Plan General.

¿Y qué pasa con esas infraestructuras una vez acabada la actividad? La normativa es muy clara y obliga al propietario a completar unas catas para comprobar si hay contaminación en la tierra. Si es así, el empresario estaría obligado descontaminar el suelo.

«No sirve eso de que cierro la instalación y me olvido. Hay que hacer unas pruebas. La inmensa mayoría tiene los tanques revestidos y de hormigón... La contaminación del suelo siempre nos preocupa. Primero por el tema medioambiental y segundo porque te arruina a ti y a las cuatro generaciones que vengan detrás. Además entendemos que es así», concluye Pizarro.

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