Entre la esperanza y la incertidumbre
Así fue el mes de marzo de 2021 en Burgos ·
Durante el mes de marzo Burgos aceleró la campaña de vacunación, pero la pandemia volvió a repuntar obligando a desandar parte del camino andadoSecciones
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Así fue el mes de marzo de 2021 en Burgos ·
Durante el mes de marzo Burgos aceleró la campaña de vacunación, pero la pandemia volvió a repuntar obligando a desandar parte del camino andadoTras todo un año conviviendo con la pandemia, con olas, valles, restricciones, contagios y fallecimientos, marzo arrancaba con una mezcla de incertidumbre por el futuro y esperanza por el avance de la campaña de vacunación masiva. Los usuarios de las residencias para la tercera edad ... y los profesionales sanitarios ya habían recibido la vacuna, y la progresiva llegada de remesas de las fórmulas de Moderna, Pfizer y AstraZeneca permitieron a Sanidad arrancar las campañas de vacunación destinadas a otros grupos profesionales esenciales. Primero fueron los bomberos y policías. Apenas unas jornadas después eran miles los docentes de Infantil, Primaria y Secundaria los que acudían al Coliseum para recibir la primera dosis de la vacuna. Y eso a pesar de la premura en la propia convocatoria, que se organizó, literalmente, de un día para otro, generando dudas y quejas, pero también satisfacción entre los docentes, que comenzaban a ver la luz al final del túnel.
No obstante, la campaña también generó cierta polémica, debido a los sucesivos cambios de criterio de Sanidad en cuanto a la fórmula de AstraZeneca y su calendario de inoculación.
Mientras tanto, la pandemia seguía azotando a la provincia, que parecía haber conseguido dejar atrás la tercera ola. De hecho, el 8 de marzo, y a la vista de la mejoría de los datos epidemiológicos en Castilla y León, la Junta decidía dar un paso al frente en la desescalada, eliminando algunas de las restricciones aún imperantes. A partir de ese día se permitió de nuevo el consumo en el interior de la hostelería en mesas y con un tercio del aforo y la reapertura de centros comerciales y otras actividades de ocio o deporte, así como los gimnasios. Eso sí, el toque de queda y el cierre perimetral de la comunidad autónoma seguían activos.
Sin embargo, poco duró la alegría. Y es que, en las tres siguientes semanas se registró un repunte de los indicadores epidemiológicos, fundamentalmente en la capital provincial, que entró de nuevo en nivel de riesgo 'extremo', según los indicares de Sanidad. Esa circunstancia motivó que la Junta decidiese a finales de mes desandar parte del camino andado, aplicando de nuevo restricciones sobre la hostelería, centros comerciales y otras actividades en aquellos municipios que superasen tras la Semana Santa una incidencia acumulada de 150 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, un nivel que en esos momentos superaban Burgos capital, Miranda de Ebro y Medina de Pomar. Aquello fue un auténtico mazazo, que provocó un nuevo enfado de hosteleros y comerciantes.
Y todo ello mientras la variante británica del virus, la primera en generar gran preocupación, comenzaba a extenderse en la provincia y los ingresos se incrementaban de nuevo en todos los hospitales. De hecho, el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) decidió a finales de mes mantener las restricciones para los acompañantes que en el conjunto de Castilla y León ya se habían levantado.
Con todos esos ingredientes sobre la mesa, la palabra que mejor podría definir el contexto a finales de marzo es 'incertidumbre'. Una incertidumbre que se extendió por todos los estratos de la sociedad, incluido el ámbito deportivo. Y si no, que se lo pregunten al CD Mirandés o al Hereda San Pablo Burgos, que durante el mes de marzo tuvieron que hacer frente a sendos brotes de covid-19 en sus plantillas. En el caso del conjunto rojillo, el brote llegó a afectar a 13 integrantes de la plantilla, incluido el entonces técnico, José Alberto López, que tuvo que ser ingresado en el hospital. En el caso del conjunto azulón, fueron cinco los jugadores afectados en el que fue su segundo brote de la temporada.
Pero, más allá de la pandemia y sus efectos sobre la vida diaria, lo cierto es que la actualidad burgalesa dejó muchos más titulares a lo largo del mes de marzo, empezando por la sentencia del Tribunal Supremo que inadmitía el recurso interpuesto por la burgalesa Mauricia Ibáñez para recuperar la custodia de sus dos hijos. Lejos de prosperar el recurso, el Alto Tribunal daba la razón a la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León, que en 2017 retiró a Ibáñez la custodia de los dos mellizos que acababa de dar a luz mediante reproducción asistida en Estados Unidos a los 64 años de edad.
En este sentido, el Supremo reiteraba los argumentos de los Servicios Sociales, que en su día consideraron que los pequeños se encontraban en «situación de clara desprotección». Sin embargo, la burgalesa no se daba por vencida y acto seguido anunciaba que elevaría el caso al Tribunal Constitucional y al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
En todo caso, el capítulo de sucesos y tribunales está marcado por una retahíla de acontecimientos que trastocaron de una manera u otra la normalidad. Por ejemplo, a principios de mes, el día 5, cuatro agentes de la Policía Nacional de Aranda de Duero salvaban la vida de un operario que resultó gravemente herido en un accidente laboral. El brazo del hombre había quedado atrapado en una máquina y los agentes consiguieron sacarlo y, posteriormente, cortar parte de la gran hemorragia que presentaba antes de que llegara la ambulancia.
Mientras tanto, en Las Merindades, el Juzgado de Instrucción de Villarcayo decidía procesar al hombre que supuestamente abusó de al menos ocho pacientes que acudieron a la consulta en la que ejercía como osteópata y profesor de yoga en Las Merindades.
Casi 300 kilómetros hacia el sur, en la localidad madrileña de El Molar, un burgalés era investigado como posible autor del asesinato de su mujer y su hija. Según las pesquisas de la Guardia Civil, el hombre, de 45 años de edad, habría disparado con una escopeta a ambas, habría prendido fuego a la vivienda familiar y posteriormente se habría suicidado con la misma escopeta.
Días después, un montañero burgalés de 63 años de edad, vinculado al Club de Montaña de Pradoluengo, perdía la vida tras sufrir una caída de casi 300 metros mientras caminaba por el Pico San Millán.
Horas antes, la Policía Nacional de Burgos protagonizó una persecución de película por las calles de la ciudad intentando dar caza a un sospechoso de robo. El hombre, lejos de parar el vehículo en el que viajaba al recibir el alto, aceleró la marcha sin importarle la seguridad del resto de conductores y viandantes. Tras varios minutos de fuga, con velocidades de hasta 170 kilómetros por hora, el hombre acabó dejando atascado el vehículo en un camino rural y comenzó su huida a pie hasta que fue alcanzado, reducido y detenido por los agentes.
Otro susto se llevaron en la tarde del martes 16 de marzo los vecinos de la calle Concepción Arenal de Miranda de Ebro. Y es que, un aparatoso incendio originado en un ático de la calle obligó a desalojar a los inquilinos de las 32 viviendas de los cuatro portales adyacentes. Finalmente, los Bomberos consiguieron sofocar las llamas, que no provocaron heridos, pero sí cuantiosos daños materiales.
Al día siguiente, por cierto, la Junta de Castilla y León sancionaba al Ayuntamiento de Miranda por la celebración de la Cabalgata de Reyes a pesar de las restricciones imperantes en toda la comunidad a principios de enero.
Y, de nuevo en la capital provincial, el propietario de un domicilio en la calle Vitoria removía Roma con Santiago y se dirigía formalmente a todas las instituciones para forzar la clausura de un prostíbulo operativo en la vivienda colindante.
También en la capital era detenida el 25 de marzo una mujer sospechosa de haber participado en febrero en el asesinato en Logroño del profesor jubilado, Pedro José Sáez Alfaro.
En el ámbito político, por su parte, la actualidad del mes de marzo vino marcada por la presentación y debate de la moción de censura del PSOE sobre Alfonso Fernández Mañueco. La moción, presentada a rebufo de las planteadas en la región de Murcia y en la Comunidad de Madrid –que no llegó a debatirse– era la primera de estas características en la historia de Castilla y León. Y aunque hubo algún momento en el que se llegó a plantear la posibilidad de que prosperara, lo cierto es que Ciudadanos, de quien dependía la votación, se mantuvo firme en su apoyo a Fernández Mañueco, a pesar de la marcha de la procuradora María Montero, que días antes de la votación abandonaba la disciplina del partido naranja. En todo caso, Fernández Mañueco superó el órdago lanzado por el burgalés Luis Tudanca y a día de hoy sigue siendo presidente de la Junta.
Mientras tanto, en el plano municipal, PSOE y Ciudadanos sí que se entendían en el Ayuntamiento de Burgos para sacar adelante dos cuestiones fundamentales. La primera, el II Plan de Crisis diseñado para intentar amortiguar el golpe de la pandemia de la covid-19 en la ciudad. La segunda, el presupuesto municipal. Un presupuesto que llegaba con retraso -algo habitual gobierne quien gobierne en Burgos- y nacía con un espíritu provisional, ya que semanas después se aprobaría un gran modificado. En todo caso, la aprobación de esos dos documentos supuso, sin duda, una consolidación del noviazgo entre PSOE y Ciudadanos en la capital provincial, que a mediados de mes lanzaron una consulta ciudadana para conocer la opinión de los vecinos en torno al proyecto de reforma de la calle Vitoria, que en aquel momento contaba con tres propuestas diferentes. Meses después, y tras otra consulta presencial, el equipo de Gobierno decidía replantear de nuevo el proyecto. Las obras aún están lejos de comenzar.
Y mientras tanto, ajeno a todo ello, el director burgalés con ascendencia vasca David Pérez Sañudo hacía historia en la gala telemática de los Premios Goya gracias a 'Ana', su ópera prima, que se llevó nada más y nada menos que tres estatuillas (Mejor Guión Adaptado, Mejor Actriz y Mejor Actriz Revelación). Finalmente, se escapó el Goya a Mejor Película, para el que estaba nominada, pero el director de Las Merindades ya se ha hecho un nombre en la industria.
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