«Quiero combinar el amor por los animales con la posibilidad de tener un negocio». Con esa frase, un dolido Rodrigo Pérez, explica la situación que está viviendo en los últimos días tras ver su nombre en las publicaciones en los perfiles de las redes ... sociales de una protectora de Burgos. En esos mensajes en Facebook ha leído cómo le llamaban «maltratador» al solicitar la licencia medioambiental para instalar un núcleo zoológico para la cría de 150 perros en su localidad natal, Madrigalejo del Monte.
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«No tengo intención de alcanzar esa cifra y pienso tener alrededor de 40 perros. El gestor me recomendó solicitar esa cantidad por si en un futuro decido montar una residencia canina. Amo a los perros y nunca les haré daño», afirma con tristeza Rodrigo tras ser vilipendiado en las redes sociales.
Desde pequeño ha convivido con animales, hasta tal punto, que hoy en día, tiene cinco perros en su casa. «Me encanta la cría. Disfruto viéndoles nacer y crecer, alguna vez hemos tenido alguna camada, y por eso nos hemos decidido a pedir un núcleo zoológico», añade.
Un proyecto que en este momento se encuentra con la tramitación de la licencia medioambiental en un terreno en propiedad y a la espera de los próximos pasos burocráticos. «No tengo puesta ni una piedra. ¿Cómo me pueden llamar maltratador si no he dado opción a ello? Mi único objetivo es que los perros estén bien y que tengan una mayor amplitud. Nunca he tenido a un animal en una jaula, ni atado», apostilla Pérez, a quien le molesta que le asemejen con el criadero de Melgar de Fernamental, cerrado en febrero de 2020 por la Junta por «maltrato animal».
«Me duele que me hayan llamado maltratador y que hubieran puesto unas fotos de otro criadero en el que realmente sí que maltrataban a los animales. Que lo hayan unido a mi futuro núcleo zoológico, me duele. Además, me parece genial que en los criaderos que tengan situaciones perjudiciales para los animales les metan mano y que la ley haga todo lo que pueda hacer contra ellos. No nos pueden meter a todos en el mismo saco», prosigue.
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Por ese motivo, el propio Rodrigo Pérez insiste en que «las protectoras deberían invertir más esfuerzos para que la gente adopte, no compre y así no criticar a las personas que venden». «No me parece bien que digan injurias y calumnias», continúa Rodrigo, que no ha perdido las ganas por seguir con la creación de su sueño. «Me llevé muy mal rato. La ilusión sigue, aunque un poco empañada por estos acontecimientos», concluye.
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