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El envejecimiento de la población es una realidad también en la provincia de Burgos. Lo que se puede apreciar, igualmente, en la edad de los conductores de la provincia. Cada vez más arrugas al volante. Si en 2008 la cifra de conductores burgaleses que ... superaban los 65 años se situaba en 28.437, en 2018 alcanzó los 44.063, lo que supone un 64,53% más.
Según datos de la Dirección General de Tráfico en Burgos (DGT), de los 232.170 conductores, con todo tipo de licencia, que había en la provincia en 2018, 14.325 superaban los 74 años. Los conductores mayores de 65 años, por su parte, eran más que los menores de 35 años al voalnte. Es decir, en 2018 había 43.310 conductores menores de 35 años y 44.063 que superaban los 65.
En 2018 la cifra oficial de vecinos de la provincia de Burgos estaba en 357.070 personas, de las que 83.557 superaban los 65 años. Estas representan un 23,4% de la población total. El envejecimiento se aprecia en los datos que maneja la DGT. En 2008 había 10.123 conductores con más de 74 años, en la actualidad esta cifra alcanza los 14.325.
La tendencia augura cifras más abultadas de los conductores más mayores de cara a los próximos años. En la actualidad, vivimos más tiempo y la calidad de vida también es superior. Las personas que alcanzan una edad avanzada lo hacen en mejores condiciones que sus antepasados. El número de conductores que supera los 65 años ha aumentado pero también han mejorado sus condiciones al volante. La DGT sigue de cerca esta situación, el envejecimiento es uno de los retos de movilidad, no solo desde el punto de vista del conductor, sino también del peatón.
Con la edad, todo se ralentiza. Los problemas más graves derivan de la pérdida de visión y audición. En cruces o en la incorporación a otras vías es donde más riesgos se corre. Cuando se empiezan a percibir peligros, es cuando hay que dejar de conducir.
Los plazos de obtención del carné se reducen según avanzan los años. Aunque en España no hay límitie para conducir, en muchos casos se impone la obligación de renovar el permiso cada doce meses. Igualmente, aunque a un conductor se le considere apto se le pueden imponer ciertas restricciones si se considera necesario. Por ejemplo, puede que solo se le permita conducir de día, se le impongan límites de velocidad en la carretera o se le prohiba circular más allá de un radio determinado en torno a su hogar.
En los pueblos burgaleses, estas medidas permiten que los mayores se desplacen a otros municipios cercanos a comprar o al médico pero no que estos realicen un viaje largo. Aún así, desde la DGT se apunta que las personas mayores son las que menos accidentes de tráfico tienen.
Junto al aumento de conductores mayores también se observa otro fenómeno, la disminución de jóvenes burgaleses que optan por sacarse el carné de conducir. En 2018 obtuvieron un permiso de conducir 43.310 jóvenes de menos de 34 años, mientras que en 2008 la cifra estaba en 61.996 menores de 34 años.
Esta tendencia puede deberse a varias razones. La principal estaría vinculada al descenso de la natalidad y al éxodo juvenil que sufren provincias como Burgos. El cambio de costumbres sería otra. Los jóvenes ya no perciben como una necesidad de primer orden el tener carné de conducir. El mantenimiento de un coche no es barato y tienen otras opciones de movilidad.
Las franjas de edad con más conductores en la provincia de Burgos son las de personas de 34 a 44 años y 45 a 54 años.
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