Embalse del Ebro al comienzo del año hidrológico, en octubre, de 2021. Juanjo Santamaría

Los embalses de Burgos comienzan el año hidrológico con menos agua que en 2022

El embalse de Arlanzón se encuentra 16 puntos por debajo del agua almacenada hace un año, el del Ebro está siete puntos por debajo. Solo el de Úzquiza comienza mejor este año hidrológico que el anterior

Martes, 3 de octubre 2023, 07:29

El año hidrológico finalizó el sábado 30 de septiembre y comienza el siguiente en la provincia de Burgos con menos agua embalsada que hace un año. Dos de los tres grandes embalses de la provincia presentan esta situación, son el de Arlanzón y el del ... Ebro. Solo el embalse de Úzquiza recoge más agua almacenada a comienzos de este año hidrológico que por las mismas fechas del 2022.

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El año hidrológico comienza en la provincia de Burgos con el embalse de Arlanzón con 10 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone que está al 44,6% de su capacidad. Hace un año se encontraba al 60,3% de su capacidad, 16 puntos por encima de la situación actual.

Situación en el embalse de Arlanzón. Ministerio para la Transición Ecológica

El embalse de Úzquiza, también en la cuenca del Ebro, registra 38,5 hectómetros cúbicos. Se encuentra al 51,6% de su capacidad, cinco puntos por encima a los registros de hace un año cuando estaba al 46,7% de su capacidad, según datos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

Situación en el embalse de Úzquiza. Ministerio para la Transición Ecológica

Los dos embalses de la cuenca del Duero que se encuentran en Burgos suman 48,5 hectómetros cúbicos de agua almacenada, lo que supone que están 7,4 puntos por debajo de la media de la última década.

La cuenca del Ebro

En la cuenca del Ebro, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) informa de que el embalse del Ebro, haciendo frontera entre la provincia de Burgos y Cantabria, comienza el año hidrológico con 120,3 hectómetros cúbicos de agua, es decir, al 22,2%. Hace un año se encontraba al 29,7%, siete puntos por encima.

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Por su parte, también en la cuenca del Ebro, encontramos el embalse del Sobrón que contiene 16,7 hectómetros cúbicos de agua, al 94% de su capacidad, es el embalse más pequeño. Hace un año arrojaba los mismos valores.

La primavera ha dejado precipitaciones desiguales, con tormentas torrenciales y de granizo, pero muchos periodos de sequía. La provincia de Burgos deja atrás un verano cálido y seco, pero las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología apuntan a un otoño también caluroso, pero con más precipitaciones que el del 2022. Aún así, estos datos de los embalses de la provincia de Burgos reflejan otro año de sequía generalizada en la cuenca del Duero y del Ebro.

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Cómo hemos llegado hasta aquí

El clima de este año hidrológico ha sido muy variable en Burgos. Durante los meses de abril y mayo se han registrado valores mínimos históricos de aportación de agua a los embalses, especialmente en los sistemas de Pisuerga y Arlanzón. Se llegaron a plantear, incluso, preocupaciones sobre el desarrollo de la campaña.

Los meses de junio y septiembre, por su parte, registraron una drástica reducción en la demanda de agua para riego, esto permitió que los niveles de reserva en los embalses fueran superiores a las expectativas para el 30 de septiembre. Aún así, se mantuvieron algunas limitaciones en el sistema de Pisuerga-Bajo Duero. Finalmente, la campaña de riego se desarrolló satisfactoriamente en la cuenca del Duero.

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La climatología favorable de finales del verano no ha logrado aumentar las reservas de los embalses, como suele ocurrir en esta época, pero sí redujo, al menos, las necesidades de aportación de agua desde los embalses, según se señala desde la CHD. Esto crea un ambiente más optimista para el inicio del nuevo año hidrológico en la cuenca del Duero, aunque se mantiene la vigilancia sobre la evolución climatológica en los próximos meses.

Informe sobre la sequía en la CHE

En la cuenca del Ebro, la CHE ha anunciado la elaboración de un informe sobre la sequía del año hidrológico 2022-2023. Un informe en el que ya se está trabajando y analizará los impactos que ha tenido desde el punto de vista económico, ambiental y social, así como la eficacia de las medidas adoptadas y propuestas de mejora.

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María Dolores Pascual, presidenta de la CHE, ha recordado que el 20% de la cuenca está en sequía prolongada, cifra que contrasta con el 85% que se tenía en mayo. «Ha habido mejoría sobre todo gracias a las lluvias del mes de junio y también este mes de septiembre», ha señalado Pascual.

Un 41% de la cuenca del Ebro está en alerta. La presidenta ha señalado que «más 50% del territorio de la cuenca está en una situación delicada». Así, aunque se han producido lluvias, se mantiene la recomendación de prudencia en el uso del agua. Y ha instado a la CHE, a los usuarios y a las Administraciones a seguir trabajando con responsabilidad.

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