Las imágenes del embalse de Ricobayo, en Zamora, han impresionado por lo que supone ver una infraestructura de semejante tamaño (1.200 hectómetros cúbicos de capacidad) prácticamente vacía. No se ha debido a una sequía extrema, sino a decisiones empresariales, pues en los últimos meses ... ha llovido lo suficiente como para mantener un buen nivel de agua. Y así se demuestra en Burgos.
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Los embalses de la provincia burgalesa encaran el mes de agosto, el más calusoso del año, con más de la mitad de sus reservas hídricas. El embalse del Ebro, es más grande de la provincia, con capacidad para 540,6 hectómetros cúbicos, se encuentra al 55,1%, según los datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en su página web. Tiene 297,9 hectómetros cúbicos de agua y, de los cuatro con los que cuenta Burgos, es el que presenta el nivel más bajo.
El del Sobrón, la otra infraestructura de la cuenca del Ebro, tiene 16,4 hectómetros cúbicos, lo que supone un 81,2% de su capacidad total (20,1). También por encima del 80% está el embalse de Arlanzón. En concreto, está al 87% de su capacidad, con 19 hectómetros cúbicos de los 22 que tiene de capacidad, tal como recoge la web de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), en datos correspondientes al 9 de agosto, los más actualizados.
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Finalmente, el embalse de Úzquida almacena 48 hectómetros cúbicos. Tiene capacidad para 75, así que se encuentra al 64%. Los registros son inferiores a los de hace un año, cuando había 57,1 hectómetros cúbicos en Úzquiza, aunque Arlanzón presenta ahora mejores datos (hace un año tenía 17,5 hectómetros cúbicos). Mientras, el embalse del Sobrón está prácticamente igual y el del Ebro presenta ahora menos reservas que el pasado año, cuando tenía 372 hectómetros cúbicos.
No es de extrañar que las reservas hídricas de Burgos estén por debajo de los niveles del año pasado, dado que julio ha sido un mes seco y junio, aunque ha llovido, tampoco ha llegado a niveles de 2020. Al menos así se deja traslucir por los datos recogidos por la AEMET que muestran, por ejemplo, que en la estación meteorológica del Aeropuerto de Burgos solo se recogieron 0,8 litros por metros cuadrados en julio.
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En junio fueron algunos más, 45,6 litros, en concreto, pero ni una cifra ni la otra alcanzan los datos de hace un año, cuando en junio se rondaron los 65 litros y en julio los 16. Lo mismo ocurre en la estación de Aranda de Duero, que en julio recogió 23,8 litros por metro cuadrado y en julio fueron 2,8, frente a los 26,8 y 8,1 del pasado año, según la AEMET.
Y julio también ha sido escaso en otras estaciones meteorológicas como las de Palacios de la Sierra, con 3,4 litros; Belorado, con 6,4 litros; o Medina de Pomar, con 4,8 litros. Ahora llega agosto, que tras una primera semana fría, trae una ola de calor que amenaza con elevar los termómetros a los 40 grados, y sin lluvias que palíen las salidas de agua de los embalses para seguir nutriendo a la provincia.
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