200 figuras de pasta cerámica realizadas por el escultor José Luis Mayo, 30 casas realizadas a mano y 3 escenarios (Pueblo de Belén, Cueva de huida a Egipto y Egipto), distribuidos en una superficie de 55 metros cuadrados son algunos de los detalles del Belén de Renuncio que se podrá visitar del el 20 de diciembre hasta el 6 de enero, en horario de 12:00 a 14:00 y 17:30 h a 20:30 horas, en la calle La Iglesia Nº 2B.
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Las 30 construcciones de estilo hebreo tradicional se encuentran dividas en tres áreas: Belén, la huida a Egipto y Egipto. La zona de Egipto se ha renovado por completo, dedicándose este año al templo de Hatseput. Realizado en porexpan y escayola, cuenta con unas medidas de 3 metros de ancho, 1,5 metros de alto y 1 metro de profundidad, siendo la mayor construcción realizada en el Belén de Renuncio en sus 24 años de historia. El tempo está decorado con 16 figuras de Osiris, 32 columnas, y 8 esfinges que cuentan con luz nocturna propia. Todo el conjunto está texturizado con escayola y pintado para simular que ha sido excavado en una gran montaña.
Junto a las esfinges, una pareja de egipcios ofrece un cautivador espectáculo con serpientes mientras disfruta de una cachimba. En la misma zona, un grupo de nómadas cobija a los camellos del abrasador sol del desierto bajo un frondoso palmeral. En otro lado un grupo de porteadores que llevan a una fiera para ser sacrificada al templo.
La zona de Belén comienza con una majestuosa cueva dividida en tres profundas galerías: una pequeña repleta de ovejas, la principal que alberga la natividad, y otra dedicada al nacimiento del río. Por un estrecho y escarpado camino, guiados por la estrella fugaz, avanza la caravana de los Reyes Magos rumbo a la cueva, cargados con regalos que van desde el oro, el incienso y la mirra, hasta añadidos fuera de época como un iPhone o una PlayStation.
Más adelante, junto a varios olivos centenarios, unos pastores descansan mientras un ángel desciende y asciende del cielo para anunciar el nacimiento de Jesús.
Tras los olivos se encuentra el pueblo de Belén, cuyas pintorescas calles están llenas de detalles y escenas cotidianas que aportan vida y gran realismo. Entre sus encantos destacan diversos oficios de la época, algunos con movimiento. Al final del pueblo, se alza el majestuoso palacio de Herodes, inspirado en el que tuvo en Masada.
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El último espacio está dedicado al relato de la huida a Egipto. Una gran gruta atravesada por un pequeño río y una larga calle flanqueada por casas conforman el escenario por donde un nómada emprende su viaje hacia Egipto.
El Belén incorpora tecnología ingeniosamente camuflada. Entre los ejemplos más destacados se encuentran la bruma que emana de la cascada y desciende por el río, hogueras que desprenden auténtico humo, una olla con agua hirviendo y juegos de luces que recrean el paso del día y la noche. Este año se ha aprovechado para renovar la música ambiental, con nuevas canciones ambientales.
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El ambiente navideño en Renuncio trasciende el propio Belén. El trayecto que va desde la carretera principal está decorado con más de 30,000 bombillas LED en forma de árboles luminosos y estrellas y al llegar a la entrada del Belén, los visitantes son recibidos por una recreación de la cálida atmósfera de la morada de Papá Noel en la Laponia finlandesa, con árboles nevados, faroles y velas.
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