«Las residencias nos han ocupado mucho tiempo y recursos económicos durante la pandemia»

Sin embargo, no podemos olvidar que este 2020 se cumplía también el primer año del acuerdo político entre PP y Cs, que tras salvar los desajustes propios del arranque, parece que ha mejorado. Más comunicación entre los diputados y consenso en las cuestiones prioritarias, según reconoce el presidente César Rico, quien no acabe de entender cómo es posible de Cs haya pactado con el PSOE en el Ayuntamiento. A su juicio, se han equivocado, pues el PSOE acaba fagocitando a todos aquellos con los que pactan y su entrada en el equipo de Gobierno municipal no supondrá grandes cambios en la gestión del Ayuntamiento de Burgos.

-Estamos a punto de terminar este 2020, un año muy duro y complicado, ¿qué balance hace del ejercicio en la Diputación de Burgos?

-Ciertamente ha sido un año muy complejo, en dos variables. La primera, en prestar atención a los municipios más pequeños que requerían de nuestra colaboración. Y, en segundo lugar, el trabajo en los propios centros de la Diputación. Hay que tener presente que tenemos cinco centros residenciales, con personal muy vulnerable, de los que hemos tenido que ocuparnos para prestar la atención debida tanto a usuarios como al personal. Después del caos que supusieron los primeros días, en cuanto a adquirir mascarillas y elementos de protección, la situación se normalizó. Pero sí, nos ha ocupado mucho tiempo y recursos económicos.

-Cuando habla de las residencias, no podemos dejar de pensar que cada vez es más necesario que se resuelva el problema de las competencias impropias. ¿Para cuándo una solución que normalice la gestión de los centros residenciales?

-Es verdad que la Junta, además del convenio marco, nos ha dotado de más recursos económicos este 2020. Pero cuando negociemos la adenda del 2021 y en los años sucesivos, hay que poner ya encima de la mesa que la Junta de Castilla y León asuma la financiación de los centros residenciales. No la gestión, porque la Diputación tiene un magnífico personal, pero el coste económico para la Diputación está siendo muy complejo.

-La pandemia ha monopolizado la atención durante diez meses, pero el pasado junio se cumplía un año del acuerdo de gobierno entre PP y Cs en la Diputación. ¿Cómo ha sido este primer año?

-Creo que ha ido bien. Al principio, evidentemente, surgen algunas diferencias porque no estábamos acostumbrados a un gobierno de coalición. Luego, creo se han cuadrado bien las cosas. Tenemos buenas relaciones, hemos mejorado mucho la comunicación entre los diputados de Cs y del PP y creo que todo ha salido bien, hasta el punto de que no ha habido ningún problema para aprobar los presupuestos de 2021. Vamos cumpliendo, en la medida de nuestras posibilidades, los 66 puntos que suscribimos como acuerdo de gobierno para los cuatro años.

-¿Algo que reprochar a Ciudadanos?

-No, al contrario. Se ha ido afinando la comunicación y en todos los temas importantes, que suponen más esfuerzo económico, y en los proyectos a sacar adelante ha ido todo perfecto. Luego, la gestión diaria de cada uno de los departamentos es otra cosa.

-Ya que lo comentaba, una de las áreas que gestiona Cs es la de Personal. Sigue suscitando polémica, mucho rifi-rafe con los sindicatos. ¿Se arrepiente de que lo gestione Cs o es una patata caliente que está bien en manos de la formación naranja?

-No es ninguna patata caliente. Es un departamento más. Es verdad que en esta Diputación los sindicatos tienen una posición muy activa y muy beligerante con el equipo de Gobierno (alguno de ellos, no todos), pero yo creo Lorenzo Rodríguez lo está llevando bien. Los grandes asuntos los comentamos juntos y él tiene capacidad de maniobra en las mesas de negociación y en la propia Comisión de Personal para tomar los acuerdos que estima más oportunos. De acuerdo con los criterios técnicos.

-¿Las oposiciones se van a poder celebrar el año que viene?

-Esperemos. No es solo porque necesitemos regularizar la situación de muchos interinos, que llevan tiempo esperando por la imposición legal del gobierno Central de no cubrir las plazas. Pero lo primero es la seguridad de las personas y tenemos que ser muy cautos. También es verdad que hay personas que están yendo a academias, que les está costando mucho dinero, esto no puede durar mucho. Habrá un momento en el que las circunstancias nos permitan, con total garantía sanitaria, poder celebrar las oposiciones. Es verdad que en una de ellas hay dificultades porque son 1.700 personas, eso nos va a exigir como 5 o 6 polideportivos, que ya veremos cómo los conseguiremos, y las aulas de la UBU, que siempre ha sido generosa con nosotros. Pero creo que a lo largo del año, cuando esto se normalice, podremos hacer las oposiciones.

-Hablaba de que el pacto de gobierno está funcionando bien, ¿qué piensa del acuerdo político PSOE y Cs en el Ayuntamiento de Burgos? ¿Entiende que Cs esté gobernando con ustedes aquí, también con el PP en la Junta, pero haya pactado con el PSOE en el Ayuntamiento?

-Lo del Ayuntamiento es complejo porque es otra situación. Es cierto que no entiendo por qué Cs ha pactado con el PSOE, sobre todo en una situación en la que creo que tiene más que perder que ganar. A las pruebas me remito, con el mandato 1999-2003. El PSOE ha fagocitado a todos los que han pactado con ellos. Destruyó IU en su momento. Destruyó al Partido Castellano. Ellos sabrán, porque ahora asumen responsabilidades muy complejas cuando antes han estado criticando la actuación del equipo de Gobierno socialista. El Instituto Municipal de Cultura es un instrumento muy potente que no está funcionando, y dudo mucho que con la asunción de responsabilidades de Cs vaya a tener ese revulsivo. La sociedad de promoción tampoco va a dar un giro fundamental porque sea Vicente Marañón quien tome las riendas. Ciudadanos creo que se equivoca. Una cosa son pactos puntuales a los que se puede llegar con el PSOE, para sacar adelante una reestructuración presupuestaria, en la que el Partido Popular entró. Pero otra cosa es ya formar parte de un equipo de Gobierno en el que asumes responsabilidades. Veremos cómo evoluciona, ojalá funcione bien por los intereses de los burgaleses, pero me temo que no.

-Como presidente del PP en Burgos, ¿qué es lo que ha fallado en el Ayuntamiento para que no hayan sido capaces de reconducir la situación y se hubiera podido dar ese pacto a tres bandas que se frustró hace año y medio?

-Eso habría que preguntárselo a los señores de Vox en cuanto a la investidura. Con el PSOE no es fácil llegar a acuerdos porque tienen la táctica, y se lo digo con conocimiento de causa porque los sufrió con el gobierno de Ángel Olivares, de plantear pactos de adhesión, no de consenso. Creo que el PSOE tiene que cambiar. Cuando dicen que el PP no quiere llegar a consensos, no es así. Lo que el PP está esperando es que vuelva el PSOE, no que estén los discípulos del señor Sánchez.

-Para lo ocurrido hace año y medio hay que preguntar a Vox pero, ahora, ¿qué es lo que ha fallado para que pudiera haber un acuerdo PP, Cs y Vox y quitar al PSOE?

-En alguna ocasión se ha planteado pero Cs tenía una posición un tanto compleja. Cs tenía que haberse dado cuenta de que la investidura falló no por culpa del PP, porque nosotros cumplimos lo comprometido. Pero una vez que esa investidura resultó fallida, Cs tenía que haber dado un paso a un lado, pero no ha sido posible.

-Días atrás se aprobaba en Diputación el presupuesto para 2021, ¿qué líneas generales ha diseñado el equipo de Gobierno para un año incierto?

El foco tiene varias viables. Por un lado, el compromiso social. No solo mantener las competencias impropias sino que hemos apostado por una política de mantener población atendiendo a las personas en el territorio. Por ese motivo, el contrato más importante que va a suscribir la Diputación el próximo año es la ayuda a domicilio, 6,1 millones de euros que permitirán atender a 1.700 personas en sus casas. Y seguimos manteniendo el programa Crecemos, la teleasistencia, el programa de envejecimiento activo. También es cierto que el tipo de población del medio rural nos obliga a mantener ese compromiso social, una población dispersa y envejecida que requiere cada vez de más atención.

Lo segundo, mantenimiento de la inversión porque entendemos que la pandemia no solamente es dar una subvención a alguien que ha tenido que cerrar durante mes y medio, sino que hay que facilitar trabajo y eso se consigue con obras. Por ello, el plan provincial de obras y servicios se mantiene con la misma cantidad del año pasado: 5 millones para entidades locales menores y 24 para municipios. Seguimos manteniendo, pese a las dificultades, el plan de empleo municipal con 2 millones de euros, el plan de empleo para personas con discapacidad con 500.000 euros y acudiremos a todas las convocatorias que haga la Junta, como el plan de empleo forestal, los programas mixtos de empleo…

Y luego nuestro compromiso con la sociedad. La Diputación participa del VIII Centenario de la Catedral de Burgos, la Fundación Silos, la Fundación Atapuerca, apostamos por el Geoparque de Las Loras, vamos a darle valor a Santo Domingo de Guzmán, que hace 800 años de su nacimiento y es patrono de la provincia… Entendemos que Burgos es rica en tradiciones y eso incentiva el turismo patrimonial y cultural, que está unido al turismo gastronómico y natural, y poniendo granitos de arena al final ponemos la playa.

-Se han reservado únicamente 1,6 millones de euros para hacer frente a la covid, ¿no le parece una cantidad insuficiente?

-Pero está complementada con las partidas de Sodebur. No en vano, Sodebur ha facilitado 850.000 euros a emprendedores para microcréditos o fijar plantilla este 2020. Y 1,6 millones es una partida inicial, si tenemos más recursos económicos, que nos vengan del Gobierno de España o de la Junta, intentaremos poner todo lo que se pueda. Pero no solo es la partida anticovid, hay otras muchas que tienen relación. Creo que relanzar la actividad económica de la provincia es garantizar salarios y actividad y eso es también una medida anticovid. Sin esos recursos, mucha gente estaría en el paro o en un ERTE y va a tener la posibilidad de trabajar.

-¿Qué espera de los fondos que vendrán de Europa?

-Vamos a ver lo que hace el señor Sánchez, que parece que se ha querido quedar con todo. Esperemos que podamos acceder a ellos. Es una reivindicación unánime de la FEMP, en primer lugar para que se pongan a disposición de las entidades locales los 3 millones que comprometió el señor Sánchez en un decreto, en el que quería quedarse con el dinero ahorrado por los ayuntamientos. Y, en segundo lugar, le estamos diciendo que desde las corporaciones locales tenemos que gestionar los fondos europeos porque estamos más cerca de los ciudadanos. Cuando en el gobierno se pone en entredicho, y entre ellos mismos, la capacidad para gestionar el dinero, que cuenten con las corporaciones locales, que nosotros sí somos capaces de gestionar la parte que nos corresponda.

-Igual que está pendiente resolver la situación de las residencias lo está el problema de los parques de bomberos voluntarios. Se habla de crear un consorcio, ¿tenemos los pasos dados para que 2021 sea el año definitivo?

-No, el próximo año va a ser insuficiente. De momento tenemos el compromiso con los 19 parques de bomberos voluntarios y con los ayuntamientos de Burgos, Aranda y Miranda para los próximos 4 años. Eso nos da un margen de maniobra para estudiar la fórmula de un consorcio del servicio de bomberos. En la Relación de Puestos de Trabajo hemos fijado dos plazas de bomberos profesionales, que serán la punta de lanza para conformación del consorcio. También hay que decir que los parques de bomberos voluntarios tienen muchos recursos económicos, y volvemos al tema de resolver el problema de las competencias impropias, para liberar recursos y hacer lo que de verdad nos corresponde a nosotros, que es la competencia de los parques de bomberos en municipios de menos de 5000 habitantes. Iremos dando pasos pero no creo que un consorcio de estas características pueda estar en vigor en un año.

-En esos presupuestos se incluyen partidas para ahondar en la modernización de la administración, pues con la pandemia y el teletrabajo se han visto algunas carencias

-Permítame que le diga que esa es una visión equivocada. Somos de las administraciones que más rápidamente hemos implantado la administración electrónica. En la Diputación ya no hay papeles. Lo que tenemos que mejorar, y por eso hay una partida de 500.000 euros, es la relación entre los servicios técnicos de la Diputación y los ayuntamientos. Si bien es cierto que muchos ayuntamientos hacen gestiones a través de un programa electrónico, tenemos que seguir trabajando. Esos 500.000 euros son para mejorar del funcionamiento externo de la diputación, pero la institución como tal ya tiene implantada la administración electrónica.

-¿Y la posibilidad de teletrabajo para los trabajadores de la situación también está completamente implantada?

-Sí, en los casos que se puede y cuando los trabajadores han querido. En la Junta de Gobierno adoptamos el acuerdo de que cada responsable político diera información a sus compañeros de cuántos trabajadores dentro de su área están teletrabajando, cuál es el resultado del trabajo… pero en principio no ponemos trabas a que la gente pueda hacer su trabajo desde su casa.

-Con la covid-19 se ha puesto en valor el medio rural, pero pese a sus beneficios sigue teniendo carencias, que son las que han ido sacando a la gente de los pueblos. Entre ellos, la atención sanitaria. En la pandemia se han cerrado consultorios, se han dejado solo centros de salud abiertos y se ha apostado por la asistencia telefónica. ¿Cuál es la postura de Diputación ante el plan de reorganización que plantea Sanidad o si defenderá el mantenimiento de los consultorios abiertos?

-Estas cuestiones se las dejaría a los técnicos, a los que saben de sanidad en el ámbito rural. La Junta está en estos momentos en un plan de reordenación del territorio, en el que una pieza clave van a ser los centros de salud, pero la solución de la sanidad rural la tienen que dar los propios profesionales. Yo no sé nada de sanidad y me dejaría aconsejar por lo que digan las personas que están trabajando en el territorio. Es verdad que no se pueden perder recursos. Te cuentan que hay veces que el médico va a un consultorio y no va nadie, y eso es perder recursos personales y económicos. Hay que buscar alguna fórmula, no sé si mixta o cómo, pero siempre con el consenso de los profesionales

-También la pandemia ha evidenciado el problema territorial de Treviño. Los vecinos han tenido que hacer las desescaladas con Álava. ¿Es el momento de revisar esa configuración territorial?

-No tiene nada que ver, en principio. Nosotros, siguiendo el criterio de la Junta, pensamos que las decisiones de confinamiento o no que toma la autoridad sanitaria de Castilla y León deben ser por zonas básicas de salud, y Treviño es zona básica de salud. Treviño es un enclave burgalés pero no tiene nada que ver con la prestación de servicios. La Diputación de Burgos llegó a un acuerdo con la Diputación Foral de Álava en 10 convenios distintos, por áreas sectoriales. Lo que nos preocupa es que el vecino de Treviño tenga los mismos servicios que cualquier otro ciudadano de Burgos. Si eso requiere que permitamos que la Diputación de Álava arregle algún camino rural o carretera, que pueda financiar asociaciones culturales o deportivas, perfecto. Otra cosa es la competencia territorial que está muy clara en el Estatuto de Autonomía de Castilla y León y en la sentencia del Tribunal Constitucional.

-¿Teme que el acuerdo entre el Gobierno central, PNV y Bildu para los presupuestos de 2021 pueda influir en algún modo en el futuro del condado burgalés?

-De momento, el asunto no ha salido. Yo no me fiaría de Sánchez, porque con tal de estar en el gobierno es capaz de cualquier cosa. Los nacionalistas han obtenido beneficios económicos muy significativos para lograr el apoyo de los presupuestos. Desde la posición de Sánchez, le han arreglado la legislatura, porque ahora tiene unos presupuestos nuevos para 2021, que puede prorrogar para el año 2022 y llegar a las elecciones. A Sánchez ya le han hecho el traje. Lo que ellos han conseguido de beneficios es a costa de los demás, porque no recibimos los mismos fondos unos que otros. Y la posición de Castilla y León y Alfonso Fernández Mañueco sobre la financiación autonómica defiende no criterios de población sino con criterios de territorio, dispersión poblacional y envejecimiento de la población porque encarecen los servicios. Sánchez va a plegarse, de momento, a los independentistas.

-Antes de acabar, ¿cuál es la posición de la Diputación en el Real Burgos?

-Vamos de la mano con el Ayuntamiento de Burgos. Creemos que no pintamos nada en una sociedad anónima deportiva. Estamos reclamando lo mismo, la auditoría del Real Burgos para saber qué activos tienen, el valor del club en estos momentos y, luego, transferir las acciones porque creo que no pintamos nada en una sociedad anómica.

-¿Cómo va a pasar las Navidades?

-Con mi familia más directa, mi mujer y mis hijos. Algún encuentro con mi madre. Como mucho vamos a ser cinco comiendo y cenando, cumpliendo esa responsabilidad personal de la burbuja, sin que entren otros componentes familiares. Todo ello sin perjuicio de que en una terraza se pueda tomar una copa de champán para celebrar que por fin se va el año 2020. Pero sí, con responsabilidad personal.

¿Cuál es su deseo para 2021?

-Algo tan sencillo como la normalidad. Que venga la normalidad, que es lo mejor que nos puede pasar a todos. Que se recupere el nivel social, económico, que podamos hacer una vida normal. Me quedo humildemente con la normalidad.