19 pueblos de Burgos ya tienen contenedor marrón de los 53 en los que se instalará

Para ello, desde el Consorcio de Tratamientos de Residuos Sólidos, perteneciente a la Diputación de Burgos, se han invertido 4,9 millones para adquirir 1.400 contenedores y cuatro camiones por 700.000 euros. Igualmente, se han adecuado las plantas de tratamiento de residuos de Aranda de Duero y Abajas por 3,2 millones.

Según los planes del Consorcio de Residuos, la instalación de este quinto contenedor en los pueblos avanza dentro de los plazos previstos. Se han distribuido en el mes de enero 150 contenedores de 1.000 litros de capacidad y recogida trasera exclusivamente para biorresiduos y con sistema de apertura inteligente. Estos se han colocado en la comarca de Pinares y Alfoz de Lara.

En concreto, a lo largo del mes de enero, se instalaron en Canicosa de la Sierra (14 unidades), Quintanar de la Sierra (30), Regumiel de la Sierra (11), Vilviestre del Pinar (14), Arauzo de Miel (8), Hontoria del Pinar (14), Huerta del Rey (16) y Salas de los Infantes (43).

A lo largo de este mes de febrero se implantarán 212 contenedores en Caleruega, Castrillo de la Vega, Milagros, Vadocondes, Villalba de Duero, Gumiel de Izán, Gumiel del Mercado, La Horra, Roa, Sotillo de la Ribera, Briviesca, Pedrosa de Duero, Peñaranda de Duero, Baños de Valdearados, Quintanilla del Agua y Tordueles y Fresnillo de las Dueñas.

En marzo se instalarán 535 contenedores en Villarcayo, Valle de Mena, Villadiego, Oña, Pancorbo, Valle de Tobalina, Lerma, Tordómar, Villalmanzo, Merindad de Sotoscueva, Merindad de Valdeporres, Merindad de Valdivielso, Merindad de Montija y Valle de Losa.

Por último, en abril y durante la primera semana de mayo, se terminará de instalar en Arlanzón, Ibeas de Juarros, Espinosa de los Monteros, Trespaderne, Valle de Valdebezana, Valle de Sedano, Santa María del Campo, Sasamón, Los Balbases, Covarrubias, Orbaneja-Riopico, Belorado, Sotresgudo, Tórtoles de Esgueva y Valle de Valdelucio.

Actualmente el contenedor ya está en uso en Canicosa, Quintanar, Regumiel, Vilviestre, Arauzo de Miel, Hontoria del Pinar, Huerta del Rey, Salas de los Infantes, Caleruega, Milagros, Villaba de Duero, Gumiel de Izán, Gumiel del Mercado, La Horra, Sotillo de la Ribera, Quintanilla del Agua y Tordueles, Vadocondes y Castrillo de la Vega.

El Consorcio de Residuos está a la espera de recibir datos por parte de ocho ayuntamientos para elaborar las tarjetas para el uso de los contenedores. Estos ocho son Medina de Pomar, Pradoluengo, Castrojeriz, Melgar de Fernamental, Cerezo de Río Tirón, Fuentespina, Palacios de la Sierra y Torresandino.

El contenedor marrón funciona exclusivamente con tarjeta, solo se pueden arrojar residuos si se tiene. Además, como recuerdan desde el consorcio, los usuarios que utilicen la tarjeta a lo largo del 2024 gozarán de algún tipo de bonificación en la tasa de tratamiento. Estos ocho ayuntamientos ya llegan tarde para que sus vecinos obtengan este tipo de bonificaciones.

Una vez que concluya la implantación de este contenedor en estos 53 municipios y se repartan las 15.791 tarjetas entre los ayuntamientos para que sean entregadas a los vecinos, se concluye la primera fase de este plan. Estas tarjetas son para viviendas, pero también para bares y restaurantes.

Posteriormente comenzará la segunda fase. Esta consistirá en el reparto de más tarjetas entre los ayuntamientos que lo soliciten y en la llegada de las tarjetas a esos ocho ayuntamientos restantes.

Además, una vez concluya este proceso, el Consorcio de Residuos ofrecerá a los 19 pueblos superiores a los 200 habitantes adherirse a esta iniciativa.

El objetivo del Consorcio de Residuos es llegar hasta las 40.000 tarjetas de manera voluntaria para los usos residencial y de ocio y hostelería. La previsible bonificación se estima que se produzca en el año 2024 a los usuarios que utilicen las tarjetas, cuando se tomará como referencia lo realizado en el año 2023.

Desde el Consorcio de Residuos se reconoce que la recepción de contenedores en los pueblos burgaleses, en líneas generales, «ha ido bien, pero no hay que olvidar que estamos en una fase de arranque donde aparecerán, en determinados momentos, problemas que habrá que ir corrigiendo y superando».

Pero dentro de esta iniciativa, «la colaboración de los ayuntamientos está siendo muy positiva y valiosa, lo que demuestra el alto grado de implicación de la mayoría de los alcaldes en este servicio».

Las Directivas Comunitarias y la nueva Ley de Residuos obligan a la implantación de este contenedor. La ley es tajante, obliga a la recogida separada de biorresiduos en las ciudades superiores a 5.000 habitantes antes de junio de 2022 y antes del 31 de diciembre de 2023 en las de menos de 5.000 habitantes.