La provincia alberga un proyecto piloto basado en redes de voluntariado de primera intervención

El proyecto se comenzará a implementar como prueba piloto a mediados del mes de noviembre en estos dos pueblos burgaleses con cinco dispositivos para los usuarios y 22 voluntarios.

Borja Rosales, oriundo de la comarca de Lara y buen conocedor del medio rural burgalés, es el ideólogo del proyecto. «Burgos tiene muchos pueblos con gente de avanzada edad, que viven solos pero que quieren quedarse en su pueblo. Cuando ocurre algo, las opciones que tienen son acudir a una residencia o que sus familiares se los lleven a vivir con ellos a la ciudad», señala Rosales.

El proyecto se basa en una característica del medio rural y fomenta esa cercanía entre vecinos. Tayma es un proyecto basado en una red de voluntariado de primera intervención que podrá dar respuesta a las emergencias que puedan surgir en la vida cotidiana. No se trata de actuar en sustitución de los servicios de emergencia, se trata de actuar rápido y ayudar a quien está cerca.

El proyecto cuenta con un presupuesto de 14.500 euros financiado por el grupo de acción local Agalsa y cuenta con el apoyo de Sodebur. Inmaculada Sierra, diputada del Área del Bienestar Social, ha explicado la importancia de este proyecto que se basa en «proteger a las personas», «dota de seguridad y fija población», ha resaltado la diputada que ha reconocido tener confianza en que funcione para poder implantarlo en más puntos de Burgos.

Los usuarios que participen en el proyecto tendrán un aparato de pequeño tamaño con geolocalización que se activará cuando lo pulse el usuario. Esta señal de alerta llegará al móvil del voluntario. Este tendrá una aplicación en su dispositivo, accederá a la misma, comprobará quién es el usuario en apuros, llamará para comprobar que el 'botón' no ha sido pulsado por descuido y el voluntario actuará en función de la necesidad de la situación.

La aplicación ya está disponible y se descarga de forma gratuita en los dispositivos móviles. Además, el proyecto cuenta con un programa para la gestión de las altas y las bajas de usuarios y voluntarios.

Desde el primer momento los voluntarios podrán ver qué usuario está en peligro y cuál es su ubicación para prestar una atención inmediata de auxilio.

La prueba piloto se extenderá durante cuatro meses y se realizarán diferentes simulacros para comprobar su funcionamiento. Los dos pueblos cuentan con poca población y están cerca. Tayma puede ser un proyecto que se desarrolle en un solo pueblo o que sea intermunicipal.

Para la prueba piloto se cuenta con cinco usuarios y 22 voluntarios. En este caso, tres usuarios también son voluntarios. Tayma también está pensado en este sentido. Los usuarios tienen más de 70 años, son personas que viven solas y tienen un perfil más vulnerable, «pero estas no son condiciones indispensables», explica Rosales.

Tanto los usuarios como los voluntarios han recibido formación para el uso de los dispositivos y la aplicación. Además, los voluntarios han recibido formación en RCP y primeros auxilios.

«'Tayma' se basa en personas que se preocupan de personas gracias a la tecnología» ha explicado Rosales.

Óscar Izcara, presidente de Agalsa, ha resaltado que «el capital humano del medio rural y el tejido asociativo son dos aspectos ignorados que son fundamentales». De esta forma, se quiere dar respuesta a las necesidades que surgen en el medio rural, sobre todo atendiendo a una población envejecida y en algunos casos aislada, que existe en la provincia.

Además, este proyecto hace frente a la brecha digital, «hay que formar a la gente con pocas competencias digitales y Agalsa está trabajando en ello», ha resaltado Izcara.

La red está creada para dar respuesta a emergencias leves, como quedarse encerrado en casa, si bien insisten sus ideólogos en la necesidad de acudir al Servicio de Emergencias 112 en caso de que sean más graves.