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La provincia de Burgos, junto con las de Segovia y Zamora, ha probado en su propio territorio un proyecto piloto desarrollado por la Junta de Castilla y León en materia de teleasistencia avanzada a domicilio. En este caso, el proyecto piloto busca conocer a ... nivel práctico y sobre el terreno la aplicación de servicios como el apoyo al mantenimiento de la salud y el seguimiento de la atención a las personas dependientes, así como el seguimiento proactivo y el apoyo al cuidador. «Cuidar y autocuidado del cuidador», según se apunta en el informe de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León.
La implementación de este servicio de teleasistencia avanzada, dentro de proyecto piloto, comenzó en la provincia de Burgos en el mes de junio. 18 personas dependientes de la provincia han sido receptoras de este servicio. Personas con un grado de dependencia pero que pueden residir en su casa con un cierto grado de ayuda. Estas 18 personas residen en las zonas básicas de salud de Belorado, Burgos Rural Sur, Lerma, Melgar de Fernamental, Roa y Villadiego.
El pilotaje de este proyecto de teleasistencia avanzada finalizaba en la provincia el 31 de julio. Como apunta Inmaculada Sierra, diputada de Acción Social de la Diputación de Burgos, «ha sido tan satisfactorio para usuarios y cuidadores que el servicio se va a seguir prestando hasta el 31 de diciembre de este año. La Junta, tras los resultados presentados, ha decidido expandir el proyecto y, además, el servicio se extenderá en 2021». Aunque los detalles en la forma de implementación todavía no se conocen. «Estamos a la espera de que la Junta nos dicte cómo va a ser el proyecto, cómo se va a gestionar y que se elabore el Acuerdo Marco para su implementación», explica Sierra.
Esta nueva modalidad de asistencia que se quiere implantar en Castilla y León persigue la permanencia e integración en el entorno familiar y social habitual de la persona y atiende situaciones de necesidad como fragilidad, dependencia, soledad o aislamiento, así como situaciones de crisis o emergencia dentro y fuera del domicilio.
Los servicios de teleasistencia actúan de forma preventiva y proactiva, a demanda del usuario o a iniciativa de la entidad titular de la prestación, en función de protocolos establecidos o ante señales o alertas detectadas.
En el caso del proyecto piloto que se ha desarrollado en Burgos, la diputada provincial Inmaculada Sierra explica que se ha implementado en colaboración con los CEAS, «ellos son los que conocen la situación de las personas por estar en contacto continuo con ellas y sabían quiénes eran los usuarios más idóneos para el proyecto. Además, Cruz Roja también nos ha ayudado mucho».
La teleasistencia es una prestación esencial para personas en situación de dependencia y para los mayores de 80 años. La teleasistencia básica es complementaria y compatible con otras prestaciones, excepto con la residencia. En el caso de esta teleasistencia avanzada será prestación única en el caso de personas con grado I de dependencia.
Este proyecto apoya, por un lado, al mantenimiento de la salud y seguimiento de la atención a las personas dependientes con la aplicación de un protocolo de coordinación sociosanitaria para la detección, intervención y derivación de posibles situaciones de vulnerabilidad, cambios, riesgo o situaciones de enfermedad y/o dependencia.
Además, en este caso, se incluye la novedad del seguimiento proactivo y apoyo al cuidador tanto para la prevención de situaciones de agotamiento y claudicación, como para mantener la calidad de los cuidados que presta a la persona en situación de dependencia mediante la aplicación de un protocolo de atención integrada.
El servicio de teleasistencia avanzada persigue una atención personalizada y proactiva, tanto de la persona usuaria como de la persona cuidadora. La finalidad última es la de contribuir a que la persona usuaria pueda tener una vida digna y significativa. Es fundamental garantizar que la persona usuaria tiene cubiertas sus necesidades inmediatas para la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Como señala Sierra, «este servicio ayuda a que la población pueda mantenerse. Estamos hablando de personas con alguna limitación pero capaz de permanecer en su casa con ayuda profesional. Por ejemplo, en el caso de la pandemia el apoyo psicológico ha sido fundamental en un momento generalizado de angustia».
El proyecto se basa en la atención individualizada, en protocolos específicos para cada caso, en presencia continua mediante la asistencia telefónica y en la profundización en cada caso, sin obviar la figura del cuidador, elemento básico para que la atención sea la adecuada.
Fue la Diputación de Burgos la que se ofreció a la Junta de Castilla y León en el mes de enero cuando conocieron este proyecto. En marzo la Diputación recibió el visto bueno de la Junta para participar en el pilotaje. Durante los meses de marzo, abril y mayo se ha formado a los cuidadores, «el proyecto piloto no ha parado durante la pandemia, al igual que los Servicios Sociales que han trabajado mucho y en situaciones adversas». Fue en junio cuando comenzó la aplicación práctica del servicio. «Tanto usuarios como cuidadores, CEAS y Cruz Roja están muy satisfechos con los resultados, por lo que continuará la prestación del servicio hasta finales de año», añade Sierra. Posteriormente, la Junta se ha comprometido a extender el servicio por las nueve provincias de Castilla y León a lo largo del 2021.
El proceso se inicia con la petición del CEAS de dar de alta al beneficiario del servicio y se realizará la valoración. A partir de ahí el teleoperador de referencia realizará los contactos telefónicos con el beneficiario, según el proyecto de atención individual y personalizado que ha definido el técnico.
Tras cada llamada, las notas correspondientes que tome el teleoperador quedarán grabadas en el sistema informático para facilitar el seguimiento. Así se programa la siguiente llamada, se deriva el caso al técnico en situaciones especiales o se solicita una respuesta urgente.
La valoración inicial es de vital importancia porque quizá sea la única ocasión en la que se tenga un contacto presencial con el usuario, salvo casos específico, por lo que se aprovecha para estudiar la información facilitada por el CEAS, se entrevista a la persona y al cuidador tanto formal como informales, hay que generar confianza y cercanía. Además es el primer paso para conseguir la personalización del servicio.
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