Los dos centros de apoyo al menor de Cáritas en Burgos atienden a unos 520 niños y adolescentes

Este presupuesto se reparte con 6.000 euros para el área de servicios funerarios, 14.000 euros para el área de talleres de formación ocupacional y 12.000 euros para los dos centros rurales de menores; 6.000 para el Centro Joven de Villarcayo y otros 6.000 para el Centro Arlanza de Lerma.

La atención en servicios funerarios trata de dar un entierro digno a aquellas personas que fallecen con pocos recursos y que no se pueden costear un funeral. Por su parte, la formación ocupacional tiene una importante función, ya que ofrece formación a personas para que lleguen con más facilidad al mercado laboral.

Por último, el apoyo a los dos centros de menores que Cáritas gestiona en la provincia de Burgos es un área estratégica. «La exclusión no se manifiesta solo en forma de pobreza. En el medio rural, a veces, es por falta de medios. Entendemos que en estos dos centros de atención al menor y a los adolescentes se ofrecen hábitos de vida saludables, apoyo escolar, la propia acogida de niños de entorno familiares complejos», explica Simón.

Este año, dadas las limitaciones de la pandemia se han reducido un poco las plazas, pero se sigue ayudando y apoyando a 520 niños y adolescentes entre los centros de Villarcayo y Lerma.

Rico ha reconocido que este convenio es «importante» para la Diputación, ya que permite a la institución «llegar a más gente y más rápido».

Simón ha reconocido que este 2020 ha sido un año «muy duro» que ha exigido «una adaptación tremenda al cambio». La pandemia ha puesto a toda la sociedad en «situación de estrés», ha apuntado, pero en Cáritas Burgos están «satisfechos» de su trabajo. «A pesar de unas circunstancias adversas hemos podido cumplir con el convenio». Las actividades y los cursos se han impartido de otra manera, pero han podido comprobar que, «a pesar de situaciones tan adversas, Cáritas ha respondido en todo momento».