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La vida sigue igual en Quintanar de la Sierra, Soncillo, Roa o Salas de los Infantes. El despertador sigue sonando a la misma hora y lo que hace un año era noticia y alegría ahora ya es anecdótico. Hace 365 días, algunos vecinos de estas ... localidades descorchaban botellas de champán para festejar que el número que portaban o que habían vendido se había cantado con entusiasmo por los niños de San Ildefonso. No fue una lluvia de millones la que inundó estos municipios, pero trajo sonrisas porque algunos 'agujerillos', seguro, se taparon.
La suerte deparó que el 02308 levantara la expectación en Quintanar de la Sierra, Soncillo y Roa. Era un quinto premio, motivo suficente para festejarlo. Un año después aún se recuerda por las calles de estas localidades, pero hasta ahí. La repercusión, un año después, es mínima y, además de no conocer a los premiados, los vecinos restan importancia al hecho de que ese día la noticia llegara a su localidad. La vida sigue igual.
Ni siquiera habitantes de municipios cercanos han emprendido un viaje hasta estas localidades para ver si la fortuna, luchando contra la probabilidad, volvía a fijar parte de su reparto en el mismo punto este domingo. «No ha repercutido en nada. Si le ha tocado a algún vecino, no se ha dado a conocer. Además, no hemos visto una afluencia mayor de personas porque haya tocado hace un año», afirma la alcaldesa de Quintanar de la Sierra, Montserrat Ibáñez.
Mismo guion se repite en Soncillo, donde su alcalde, Luis Federico Collado, no ha visto que su localidad se haya convertido en la nueva Manolita. El bar Rosales, donde se compró el número agraciado, sigue vendiendo la misma cantidad de décimos que hace un año. «El bar ha dado más premios a lo largo del año, pero no se nota especialmente. Y eso que en Soncillo se juega bastante», recalca Collado.
En el otro lado de la historia se encuentra Diego Montero, de la administración de Salas de los Infantes. El azar hizo que Montero inundara de sonrisas al portador de un tercer premio. Aún recuerda con alegría esa jornada, cuando le vinieron a colgar el mítico cartel de 'ha tocado aquí'. Allí la fortuna sonrió, pero después del sorteo de El Niño, casi nadie se acordaba de lo que aconteció hace escasos días atrás. «Durante esos días vinieron, pero ahora tenemos unas cifras similares a las de años anteriores. No hemos notado nada, ni en verano, cuando hay más turistas, ni ahora», remarca Montero.
Y es que en Burgos la lotería sigue muy presente a nivel regional, ya que con 135,75 euros consignados por habitante es la segunda provincia de Castilla y León donde más se juega. Desde el 2000, el sorteo de Navidad ha dejado en Castilla y León más de 1.712 millones de euros, 49 en el último de 2018, en el que cayó por primera vez en las provincias de Zamora y Ávila que rompieron un gafe tras 206 sorteos, aunque también dejó algunos décimos agraciados en Salamanca, Soria, Segovia, Burgos, Valladolid y León.
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El primer premio del Sorteo de Navidad, el nombre que recibe desde 1892, ha recalado seis veces en Burgos -cuatro en la capital en 1862, 1894, 1963, 2012 y 2018- y una en Medina de Pomar, en 1974, con otro pellizco en 2012 en Aranda de Duero-, que la convierten en la provincia con más suerte de la comunidad junto a Palencia.
Y es que, aunque el azar esté del lado burgaleses, en muchas ocasiones, la vida sigue igual.
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