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Sedano, Valle de Mena, Valle de Losa, Espinosa de los Monteros, Pampliega y Quintanar de la Sierra son las únicas zonas de salud de la provincia, junto con Treviño, que entrarán desde el próximo lunes en la «fase 1» de la desescalada propuesta por el ... Gobierno, una medida que permitiría reabrir las iglesias al culto público a un tercio del su aforo en los pueblos de estas comarcas.
A pesar de la buena noticia, algunos de sus párrocos tienen reticencias en poner en marcha esta medida, habida cuenta de la diligencia con la que la gente de estos pueblos se ha tomado el confinamiento (en algunos de ellos no ha habido ni un solo contagio por covid-19) y que, en muchos lugares son personas mayores o con patologías: «Preferimos ser cautos y esperar un poco más de tiempo», comenta Mario Marcos, párroco de Quincoces de Yuso. «No quiero que pese en mi conciencia que alguien se contagie por nuestra imprudencia», reflexiona.
Con todo, Mario ha preparado ya las iglesias en tres de sus cuarenta pueblos, aquellos que tienen eucaristía todos los domingos (Quicoces, Villalba y Berberana), con vistas a celebrar la primera misa pública el domingo 24 de mayo. «Hemos preparado y señalado los bancos donde se podría sentar la gente y estamos llevando a cabo una campaña de mentalización para que la gente acuda a la iglesia con mascarillas y cumpla las medidas de seguridad», relata el sacerdote.
Parecida opinión es la que tiene Carlos Saldaña, párroco de Sedano y otros 42 pueblos de la comarca, que atiende con ayuda de otro sacerdote. Su zona es la única que no ha registrado casos de toda la provincia desde que se desató la pandemia, hecho que demuestra «que es una de las más despobladas y aisladas». Su preocupación hasta hace unos días estaba en cómo volver a retomar su actividad pastoral en estas poblaciones, que han llevado a rajatabla el confinamiento. Sin embargo, lamenta que no será posible pues él vive habitualmente en la ciudad, que se mantiene en fase cero, haciendo inviable el traslado hasta sus pueblos. Idéntica situación es la que padece el párroco de Pampliega, José Manuel Villarán, que reside habitualmente en la ciudad de Burgos.
Distinto ritmo parecen llevar los pueblos más poblados de las comarcas de la Sierra Alta. Canicosa, Palacios, Vilviestre y Quintanar retomarán las misas con fieles a partir del lunes, habida cuenta que sus sacerdotes residen en sus pueblos. «Tenemos muchas ganas de volver a celebrar con gente –relata José Álvarez– y la gente también tiene ganas de volver a la iglesia». Sin embargo, el párroco de Quintanar sostiene que el ritmo será todavía lento, pues mucha gente, sobre todo la más mayor, lo ha pasado muy mal y no se siente segura de salir a la calle y tampoco a la iglesia: «Mucha gente tiene aún miedo por las malas noticias que han visto en la televisión, en las que se contaba que el virus se cebaba con los ancianos».
Durante la pandemia, José ha llamado telefónicamente a sus feligreses y se ha interesado por ellos. También ha repartido alimentos a algunas personas y ahora trabaja ya por volver a la «nueva normalidad» en el culto de su parroquia, en la que descarta la celebración de funerales porque la gente de la comarca «no entendería que no pudiera acudir a despedir a un difunto», provocando las congestiones que hay que salvaguardar. «Hemos comprado alfombrillas para desinfectar los zapatos y haremos celebraciones ágiles, para evitar aglomeraciones y que se cumplan las distancias de seguridad».
Al norte de la provincia, Alejando Ruiz, párroco de Espinosa de los Monteros, también ha elaborado un protocolo en su parroquia para la celebración de la misa desde el próximo lunes. Para ello contará con voluntarios que repartirán mascarillas y geles desinfectantes y distribuirán a la gente en los asientos de la iglesia, además de limpiar el templo antes y después de las celebraciones. «Nos debemos a la comunidad, sostiene Ruiz, y queremos que poco a poco la gente tenga sensación de normalidad». De momento, será solo Espinosa donde se celebre la eucaristía a diario y los días de fiesta y se irá abriendo progresivamente el culto en los demás pueblos de la zona en los próximos meses, «quizás a partir de junio, cuando entremos en la fase 2 si todo sigue igual de bien como hasta ahora».
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