El Observatorio de Bienestar Animal, ONG española, ha presentado una querella contra una granja de cerdos de Burgos, ubicada en el pueblo de Quintanilla del Coco. En base a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, el Observatorio de Bienestar Animal ha interpuesto la querella por posibles ... delitos de maltrato animal con agravante de muerte, otros delitos de maltrato animal por omisión y un delito continuado relativo al mercado y a los consumidores.
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La querella se ha formalizado ya por parte de la ONG en el juzgado de Lerma contra los responsables y operarios de esta granja de cerdos de Quintanilla del Coco por presuntos delitos de maltrato animal con agravante de muerte, así como la modalidad de acción por omisión. La ONG exige «la clausura de la granja y una condena ejemplar por la pésima gestión de los animales». Es más, la ONG asegura que «se trata de unos de los peores casos de maltrato animal revelados hasta la fecha en España».
En las imágenes y vídeos que Observatorio de Bienestar Animal tiene de la que asegura es esta granja de Quintanilla del Coco aparecen cerdos en descomposición, malformaciones, gusanos y ratas. «Los animales presentan hernias graves, deformidades en las patas y heridas compatibles con el canibalismo», aseguran desde la ONG, quienes añaden que «se trata de uno de los peores casos de maltrato animal revelados hasta la fecha en España. Ponemos las imágenes en manos de la justicia».
Observatorio de Bienestar Animal también pide a la justicia la destitución del alcalde, ya que, según apuntan sus investigaciones es el propietario de la granja porcina. Domingo del Pozo, alcalde de Quintanilla del Coco y propietario de la granja, ha conocido las acusaciones por vías no oficiales, «no tengo nada aquí todavía, a mí no me ha llegado nada», aseguraba al ser preguntado sobre la querella.
Del Pozo niega las acusaciones de la ONG de maltrato animal y descuido de las instalaciones, «qué va a ser así, qué va a ser así», repite. Y se pregunta cómo habrán conseguido las imágenes y vídeos de la granja. Explica que «en las granjas de cerdos siempre hay alguno con hernias, pero de ahí a media granja…». También niega la presencia de gusanos, «los cochinos se limpian y cuando vaciamos también se limpia», explica.
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El propietario señala que no tiene mucho más que decir, «no veo mal las instalaciones y los de Bienestar Animal de la Junta tampoco. Han estado no hace mucho aquí», asegura.
El reportaje fotográfico y también de vídeo muestra a «cerdas reproductoras extremadamente delgadas, notándose su columna vertebral. Otras presentan graves colapsos de útero y tumores en las mamas. La presencia permanente en jaulas les produce heridas con pus y gangrena por la fricción con los barrotes», explican desde la ONG.
En las jaulas de cerdas parideras, según las imágenes cedidas por Observatorio de Bienestar Animal, «se ve a un lechón enganchado en el suelo de rejilla. Debido a la carencia de espacio, el animal es orinado por la madre y pisoteado por sus hermanos. Se observan decenas de lechones agonizando, otros muertos, incluso en avanzado estado de descomposición y desmembrados. Algunos presentan tumores y heridas sangrantes. Un trabajador bebe cerveza y vierte parte de la misma sobre unos lechones».
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En la provincia de Burgos, las principales sanciones a las macrogranjas porcinas se producen por el mal tratamiento de los residuos, al incumplir la normativa medioambiental.
En las imágenes y vídeos también se aprecian los cerdos de engorde, «estos sufren inflamaciones en las patas que les impiden moverse, otros sufren de graves hernias. Un cerdo presenta una enorme hernia, de unos siete kilos de peso en el abdomen. Otro presenta un gran tumor en la oreja derecha. Un gran número de ellos tiene las orejas mordisqueadas y lesiones gangrenosas en el rabo, síntoma de canibalismo», explican desde la ONG.
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Añade Observatorio de Bienestar Animal que el informador que les ha enviado las imágenes y la información observó una escena de canibalismo. «Varios cerdos se estaban comiendo a otro que aún estaba vivo. Le mordían el codo de la pata derecha delantera y este sangraba. Incluso el agua del bebedero estaba teñida de rojo», asegura la ONG que les comentó este informador.
Según la información con la que cuenta esta organización, también se denuncia una falta de higiene en las instalaciones. «En los pasillos se aprecian decenas de cadáveres en diferentes estados de descomposición. Los bebedores se encuentran a menudo vacíos. Las ratas recorren los cuerpos de las cerdas enjauladas, los cubículos de los animales y las tolvas de alimentación. El pienso de los cerdos se encuentra repleto de heces de ratas».
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Aseguran, además, que a la intemperie se han observado «dos cubos con cadáveres de lechones, restos de placenta y abundantes moscas. Además de encontrarse pedazos de patas y lechones muertos esparcidos a lo largo del recinto».
La legislación obliga a contar con contenedores homologados herméticos destinados a la contención de animales muertos para la recogida de cadáveres. Observatorio de Bienestar Animal asegura que «bajo el suelo de la granja se observan purines infestados por larvas y gusanos».
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También se señala la oficina de la explotación donde también se asegura que hay dejadez y falta de limpieza. «Hay una cabeza de cerdo podrida, un lechón muerto y restos de una columna vertebral junto a botellines de cerveza. A su vez, encima de un escritorio, se encuentran dos certificaciones 'Welfair'», recalcan desde la ONG.
Welfair es una certificación independiente de bienestar animal que busca garantizar el bienestar de los animales destinados a consumo. Este sello certifica todos los modelos de cría de animales, incluyendo las jaulas y los pollos de crecimiento rápido. Dos explotaciones avícolas relacionadas con un proveedor de supermercados Lidl, denunciadas en 2022 por Observatorio de Bienestar Animal, perdieron su sello Welfair. Una de ellas está siendo investigada judicialmente por presuntos delitos de maltrato animal y contra la salud pública.
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El reportaje en vídeo con el que cuenta la asociación también recoge el momento en el que los cerdos son cargados en el camión hacia el matadero. El operario encargado les golpea repetidamente con una picana eléctrica. Los responsables y operarios de la granja han sido señalados en la querella y también la empresa cárnica que, presuntamente, gestiona la carga de los animales. Esta empresa aparece señalada por un presunto delito de publicidad engañosa en cuanto a sus comunicaciones públicas sobre un elevado nivel de bienestar animal.
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