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La Guardia Civil sorprende a dos personas en las provincias de Álava y Burgos por su supuesta vinculación con actividades relacionadas con el expolio de objetos históricos; se ha instruido diligencias y levantado un acta denuncia, respectivamente. Ya son tres los ladrones de patrimonio detectados ... en lo que va de año.
Una patrulla del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Burgos, que circulaba en tránsito por la comarca alavesa de Valdegobía hacia la burgalesa de San Zadornil, observó a una persona provista de una azada que ayudado por un detector de metales practicaba excavaciones en el terreno, en lo que era una finca abierta dedicada a cultivo.
Bajo sospecha de encontrarse realizando prospecciones irregulares, para presuntamente localizar piezas arqueológicas, se acercaron al lugar donde confirmaron la presencia de ocho hoyos recién practicados y otros muchos menos recientes; verificaron que además portaba un segundo detector de metales.
En el bolsillo hallaron siete monedas, tres botones, dos proyectiles y nueve fragmentos indeterminados de metal, todos a simple vista de notoria antigüedad y cubiertos de tierra compatible con el terreno y también lo que resultó ser, una vez sometido a estudio por el Museo Arqueológico de Álava, un denario de plata, única pieza del periodo republicano romano que se conserva en esa provincia, junto con otros restos datados en la Segunda Edad del Hierro (siglo V a.C.).
En su vehículo se localizaron dos bolsas de plástico que contenían 84 objetos metálicos de distinta índole y en una mochila otras 12 monedas más presentadas en cápsulas de plástico y cartón para su exposición, por lo que todo el material fue intervenido junto con las herramientas, un archivador y una publicación con información sobre yacimientos.
A.E.R. (51) ha sido investigado como presunto autor de un delito sobre el patrimonio histórico por expolio de piezas arqueológicas, por lo que se enfrenta a posibles sanciones que aplicadas en su grado máximo pueden suponer hasta 24 meses de multa y 3 años de prisión.
En la franja perimetral de la capital, otra patrulla del Seprona identificaba y denunciaba a un varón de 59 años de edad, por infracción a la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, por el uso de un detector de metales sin autorización y apoderarse de objetos históricos de notable antigüedad, que el caso de ser considerada como infracción grave, podría conllevar una sanción de hasta 150.000 euros.
Un particular informó de la presencia de una personas que, en unos terrenos abiertos del Alfoz de Burgos, estaba utilizando un detector de metales. Los agentes se desplazaron al apraje para verificar los hechos e interceptar, ya en un camino, al vehículo del sospechoso que se ausentaba del lugar.
Un reconocimiento visual a su interior permitió localizar un detector de metales y una piqueta, también una bolsa que, una vez examinado su contenido, contenía varias monedas, botones, clavos y piezas metálicas todas ellas no contemporáneas y con restos de tierra. Su apariencia hacía entrever que no eran el resultado de un hallazgo casual o encontradas en superficie, sino que habían sido extraídas deliberadamente del interior del subsuelo.
Tanto el detector de metales como la herramienta han sido intervenidas y los objetos recuperados incautados, para su posterior estudio y valoración.
En ambas actuaciones, los identificados carecían de las autorizaciones necesarias para realizar prospecciones arqueológicas, y tampoco habían parado la búsqueda para comunicar inmediatamente el primer hallazgo a la Administración afectada, obteniéndose de esta forma varias extracciones.
Este tipo de acciones, independientemente de que el lugar se encuentre catalogado o no, llevadas a cabo ilícitamente pueden provocar la pérdida irreparable de parte de la información contenida en la secuencia estratigráfica del lugar, además de alterar los contextos; la sustracción de los vestigios arqueológicos, sin una metodología adecuada, imposibilita cualquier acción que pueda reparar o restaurar el daño causado.
Para realizar actividades arqueológicas y el empleo en ella de aparatos detectores de metales, es imprescindible autorización previa y expresa de la Consejería competente en materia de cultura, por lo que antes de utilizarlo debe de informarse de si el paraje es una zona arqueológica, yacimiento u otro lugar catalogado o se encuentra próximo a ellos. Ante un hallazgo casual de un bien arqueológico se está obligado a paralizar su actuación y comunicarlo inmediatamente a la Dirección General competente en materia de Patrimonio y Bienes Culturales.
Por último, no fomente el comercio de obras de arte o antigüedades ni objetos arqueológicos, de posible procedencia ilícita o expolio.
La Guardia Civil, consciente y especialmente sensibilizado con el amplio y rico patrimonio arqueológico, histórico y cultural español, no ceja en su preservación y protección, tarea nada fácil por el volumen y dispersión de estos bienes, por lo que remarca que ante la presencia o movimientos sospechosos de personas y/o vehículos debe comunicarlo inmediatamente, para lo cual pone a su disposición el número de teléfono 062 o si lo prefiere también el servicio de alertas app alertcops; cualquier información que desee facilitar o colaboración en el ámbito de la seguridad ciudadana, vial, del Patrimonio o medio ambiental es tratada de manera discreta y anónima.
Todas las noticias de Burgos, en BURGOSconecta.
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