UPA demuestra en un ensayo realizado en Burgos y Ávila que las semillas certificadas ofrecen rendimientos superiores al 20 por ciento

La organización ha desarrollado durante dos años pruebas en sendos campos de ensayo en las provincias de Ávila y de Burgos en los que se han utilizado nueve variedades de cebadas y siete de trigos, tanto de semillas certificadas R1 y R2, así como semillas replantadas R3.

Según los datos facilitados por UPA a Ical, en el caso de las cebadas el resultado fueron rendimientos medios para R1 y R2 de 5.117 kilos por hectárea, frente a los 3.941 obtenidos con R3. Es decir, una diferencia de 1.176 kilos entre uno y otro, casi un 23 por ciento de diferencia.

En el caso de los trigos, el ensayo ofreció rendimientos medios para R1 y R2 de 6.284 kilos por hectárea frente a los 5.901 de R3. Son 383 kilos menos, es decir, un seis por ciento menos de rendimientos en este caso, con el mismo tratamiento para todas las semillas.

El secretario de Agricultura de UPA, Juan Ignacio de Antonio Senovilla, asegura que aún existe en la región un 40 por ciento de agricultores que optan por semillas R3 pensando en que se ahorran dinero, «pero no» admite, ya que a la larga los rendimientos que ofrecen las semillas certificadas reflejan mejores resultados. Además, las certificadas resisten mejor las olas de calor, enfermedades como los hongos, y tienen una mayor capacidad de germinación que «se reduce en un 20 por ciento tras la segunda siembra».

El estudio ha constatado que en las parcelas con semilla certificada se ha empleado menos dosis en la siembra, y fue mejor la nascencia con un nivel de germinación muy superior al de las otras parcelas.

«El agricultor se equivoca», asegura Senovilla, quien explica que el motivo de este ensayo ha sido precisamente demostrar a los agricultores que «el dinero del pobre va dos veces a la tienda», y que la semilla certificada, si bien tiene un precio algo mayor, a la larga ofrece mayores ventajas.