Los aerogeneradores más potentes de España, en Burgos

Se trata de 14 máquinas SG 4.5-145, capaces de generar hasta 4,5 megavatios de potencia cada una, lo que supone siete veces más que las primeras unidades que la multinacional española comenzó a instalar. Esas, las más antiguas, se alzaban 55 metros del suelo. Estas, sin embargo, se levantan más de 170 metros y cuentan con palas de 70 metros.

Se trata, en todo caso, de un proyecto muy importante para Iberdrola, que ha previsto una inversión total de unos 70 millones de euros para la puesta en marcha de un complejo capaz de generar 63 megavatios, energía suficiente para el consumo de unos 60.000 hogares. Esto es, para unas 180.000 personas, la población de Burgos capital.

En este sentido, Fernando Martínez Riaza, responsable de Iberdrola Renovables en Castilla y León, valora la apuesta de la compañía, que en Burgos tiene ya operativos alrededor de 600 megavatios de potencia en renovables. «Burgos, por su orografía y por la ubicación geográfica que tiene, es uno de los puntos fundamentales de producción energética» en renovables. Y lo seguirá siendo, por cierto, ya que la compañía tiene sobre la mesa proyectos para la instalación de otros 600 megavatios en la provincia. El reto, según explica Martínez, pasa por conseguir que el 40% de la energía producida en España provenga de las renovables «para 2025 o 2027».

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De momento, las máquinas del complejo de Herrera están paradas. Y así seguirán todavía unos meses, ya que a pesar de que las obras se están desarrollando en un tiempo récord, apenas se ha comenzado a trabajar en el parque de Valdesantos, y hasta que éste no esté concluido, no se energizará el complejo. Las previsiones, en todo caso, apuntan hacia el primer trimestre de 2021.

Es precisamente en el parque de Valdesantos donde más movimiento se ve estos días. Allí están trabajando varias decenas de empelados de Copsa, empresa burgalesa encargada de la obra civil del complejo. Una obra, por cierto, tremenda. Ellos se encargan en primera instanacia de la creación de los caminos. Y no es una cosa menor. Según apunta Pedro García, responsable de la empresa, «los caminos tienen unos requisitos técnicos muy complejos», ya que han de soportar el tránsito de transportes especiales, cargados con palas de más de 70 metros y cabezales de hasta 60 toneladas». Y todo ello, por cierto, intentando «minimizar» el impacto medioambiental. A este respecto, añade, «se suelen aprovechar caminos ya existentes» para ejecutar los accesos. Y, además, «esos caminos se quedan» para uso del ámbito rural.

Con todo, Copsa, que en los últimos años se ha especializado en el sector de las renovables -alrededor del 70% de su facturación proviene de él-, también se está encargando de las cimentaciones -500 metros cúbicos de hormigón y 60.000 toneladas de acero-, de la instalación de la red de media tensión y de la subestación eléctrica y, finalmente, de la reparación medioambiental.

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«Tengo el trabajo a tres minutos de mi casa»

Una de las características del sector de las renovables es la actividad que genera en el entorno. De eso puede dar fe Rafael Castrillo, que lleva «más de 15 años» trabajando en complejos eólicos y puede presumir de vivir en su pueblo (Revilla Vallejera) y tener el trabajo «a tres minutos de casa».

En este sentido, Castrillo reconoce sentirse «afortunado». «No pensaba que pudiera volver al pueblo» tras marcharse a estudiar a Burgos, pero «cuando en 2003 empezaron a montarse parques en la zona lo intenté» y salió bien.

Y como él, subraya, decenas de compañeros de trabajo. «El 90% de la gente que está trabajando en los parques (unas 15 personas para un parque de 20 aerogeneradores) somos residentes de los municipios» del entorno, explica al tiempo que señala que «al principio, la formación no era específica y no se sabía cómo iba a evolucionar el sector, pero poco a poco se fueron haciendo las cosas más específicas» para adaptarse a una tecnología que «ha cambiado como el agua al vino».

Una vez que concluyen los trabajos de la obra civil, llega el turno del montaje. Curiosamente, este se realiza en apenas un abrir y cerrar de ojos. Básicamente, en una semana está montado el aerogenerador, que llega por piezas fabricadas en muchos casos, por empresas de Castilla y León. En el caso concreto del complejo de Herrera, las multiplicadoras se han fabricado en Lerma, mientras que las nacelles han salido de Ágreda (Soria).

Para su instalación, en todo caso, son necesarios alrededor de un centenar de transportes diarios y la presencia de grúas de hasta 180 metros de altura, que en las últimas semanas ya han completado el montaje de los aerogeneradores de Orbaneja y la Huesa. Algo más tardarán en montarse los de Valdesantos.

En todo caso, la construcción de este parque, y de todos los que están proyectados en Burgos no hace sino dar fe del buen momento que parece atravesar el sector. «Hubo un periodo, entre 2012 y 2016 más o menos, en el que se vio un parón, pero a partir de ahí se están haciendo muchos proyectos», señala García. Y eso, añade Martínez, es muy positivo, no solo para las empresas, sino para el entorno, ya que se calcula que «cada millón invertido se convierte en 12 o 14 puestos de trabajo» y en ingresos significativos para propietarios y ayuntamientos.