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Cruz Roja Burgos busca familias de acogida temporal para una quincena de niños

Cruz Roja Burgos busca familias de acogida temporal para una quincena de niños

La entidad gestiona el programa de acogimiento familiar de la Junta de Castilla y León, que pretende ofrecer a los menores una vida en familia mientras se trabaja con la biológica | En 2020 se acercaron a informarse 40 personas, pero este año solo han acudido una decena

Sábado, 15 de mayo 2021, 09:10

Cada vez hay más niños que necesitan un acogimiento temporal, pero cada vez cuesta más encontrar a familias dispuestas a asumir ese compromiso. El pasado 2020, con la pandemia de la covid-19 en todo su apogeo, a Cruz Roja acudieron a pedir información ... 40 personas. Sin embargo, en lo que llevamos de año solo se han acercado una decena. Y no se cuenta con suficientes familias para atender a los alrededor de 15 niños del programa regional.

«Las necesidades no decrecen, porque los niños siguen necesitando familias«, explica Marta Tovar, responsable de Familias de Acogida en Cruz Roja Burgos. »La necesidad es constante y creciente«. Por ese motivo, la entidad hace un llamamiento a las familias burgalesas para que se animen, en primer lugar, a acercarse a conocer el programa de acogimiento familiar de la Junta de Castilla y León, que gestiona Cruz Roja desde hace más de tres décadas.

Tovar asegura que el objetivo es convencer a la gente de que el acogimiento familiar es beneficioso para los niños, pues los centros de menores deberían ser el último recurso, y no el primero, como es ahora. Los niños deberían poder estar con otra familia mientras la Junta trabaja con la biológica, preparándola para el retorno de su hijo o hijos. «Los padres biológicos los quieren muchísimo», recuerda, pero no siempre pueden o saben atenderlos de manera adecuada, por ello interviene la Junta.

«Las familias reconocen que es un regalo, que no está pagado con dinero»

Pero el acogimiento familiar no solo reporta beneficios a los menores, sino también a la propia familia de acogida. «Reconocen que es un regalo, que no está pagado con dinero« y que la presencia del menor les aporta una alegría y una satisfacción que, en el caso de las 'novatas', no se esperaba, explica Marta Tovar. De ahí que algunas sean familias de acogida recurrentes, pero no es un requisito.

«Es voluntario», insiste Tovar. A ninguna familia se le va a imponer un acogimiento, en ningún momento. Cruz Roja informa a los interesados y, si se animan, pueden acceder al programa de formación, que no les compromete a nada. Hay familias que, tras la formación, deciden no inscribirse como familias de acogida. Otras que, incluso inscritas, cuando se las llama, rechazan el acogimiento porque no pueden o no se ven capaces.

Además, no todas las familias valen para todos los niños. De ahí que se requiera una bolsa de familias lo suficientemente amplia y diversa para poder atender a las necesidades de los menores que entran en el programa. Marta Tovar reconoce que, ahora, tienen más problemas para encontrar familias que puedan acoger a hermanos, por ejemplo, o a niños más mayores, de 9, 10 u 11 años.

En este último caso, se apuesta por ofrecer un acogimiento parcial, de fines de semana, para que las familias conozcan a los menores y, si ven que sí pueden, se ofrezcan para un acogimiento temporal. Y, aunque no sea así, los niños pueden vivir la experiencia de estar en familia, aunque solo sea de manera puntual, saliendo del centro de menores. Todo suma, como los programas de acogimiento en vacaciones, para familias que no pueden o no se ven capaces de ayudar de otro modo.

Interés y compromiso

En Cruz Roja ofrecen diferentes opciones, siempre buscando que familias y niños estén bien. Los requisitos para entrar en el programa no son excepcionales. Se buscan familias normales, que tengan interés, capacidad de ayuda y comprendan el compromiso que asumen. Y es que, aunque las familias que participan reconocen como positiva la experiencia, tiene momento duros y se viven situaciones complicadas, como en el día a día de cualquier familia, apunta Marta Tovar.

«A los niños se les nota en la mirada cuando entran en una familia de acogida»

«Hay que ser conscientes de que el acogimiento no es como acoger un fin de semana al hijo de unos amigos o un sobrino», admite Tovar. Y asumir que los niños suelen venir con un bagaje, «una maleta que hay que ayudarles a deshacer». Pero para eso está también Cruz Roja, que ofrece apoyo permanente, recursos para afrontar los problemas que puedan surgir y formación para que las familias puedan solucionarlos. «No están solas», explica Tovar, quien recuerda que «todas las familias valen».

Así que, ya saben, si les apetece ayudar o tienen interés por el programa, basta con acudir a Cruz Roja. Allí les informarán, les indicarán los requisitos a cumplir y resolverán todas las dudas. Toda ayuda es bienvenida, lo que cada familia crea que pueda hacer se tendrá en cuenta porque «la experiencia de la familia es fundamental para los niños». Es más, Marta Tovar asegura que «se les nota en la mirada» cuando entran en una familia de acogida, y por desgracia hay muchos menores que están a la espera del acogimiento.

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