Álvaro Ruiz-Cuevas, en la tienda Rucubi de Burgos. ÁMC
Crisis semiconductores

La crisis de los microchips amenaza la campaña de Navidad de algunos comercios de Burgos

Listas de espera o elegir otra marca está siendo la tónica habitual a la hora de comprar un nuevo artilugio electrónico

Sábado, 23 de octubre 2021, 14:57

No solo la automoción está padeciendo la crisis de los semiconductores. La falta de chips condiciona cualquier negocio y eso también le está pasando al pequeño comercio de Burgos. He aquí dos ejemplos de lo que se vive cuando un ciudadano se acerca a ... cambiar el teléfono móvil o se le estropea la lavadora.

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Listas de espera o elegir otra marca está siendo la tónica habitual a la hora de comprar un nuevo artilugio electrónico. En Rucubi, distribuidor autorizado de Apple en Burgos, la crisis ha afectado y se nota en el día a día. «Hay listas de esperas para determinados productos. El nuevo Iphone acaba de salir y es donde menos se nota. Ya de por sí, si no hubiera esta crisis, habría más demanda que oferta», apunta el propietario del negocio, Álvaro Ruiz-Cuevas.

Excepciones aparte, otros modelos y productos sí que han experimentado problemas en la recepción. «Varía mucho. Sobre el 10 de octubre, la fecha de entrega de varios modelos era el 25 de noviembre. Estaríamos hablando de un mes y medio», desgrana Ruiz-Cuevas.

La realidad que se ha encontrado el pequeño comercio de la provincia es un 'quiero y no puedo'. «Tenemos un producto que realmente tiene salida y no se puede vender porque no lo tenemos», continúa el empresario, que lamenta que esta crisis afecte también a la Navidad.

«Todo lo que llegue se va a vender. Ahora venían un meses muy buenos. El pesimismo es entre comillas. Está costando que llegue el producto, pero la respuesta de la gente es buena, se entiende la situación...», añade.

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La situación es similar en el negocio de electrodomésticos de Moreno Castillo. Faltan, apuntan desde la empresa. «Existen dos factores en esta crisis. El precio de los semiconductores, pues hace un año y medio costaba alrededor de un euro. Ahora se está comercializando en el mercado negro a 12 euros. A eso se suma el coste del transporte. Un contenedor hace 20 meses costaba 2.000 euros. Ahora se está moviendo alrededor entre los 12.000 y 14.000 euros», apuntan.

Eso ha propiciado que muchos fabricantes hayan dejado de importar desde China. «El fabricante, con los pocos semiconductores, hace productos que le dejan un beneficio comercial», concluyen.

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