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Vista de Canicosa de la Sierra, un pueblo en el que se aprecia más movimiento este otoño que en años anteriores. BC
BURGOS PROVINCIA: La covid-19 sube la población de los pueblos burgaleses más allá del verano

La covid-19 sube la población de los pueblos burgaleses más allá del verano

La situación no se da por igual en todos los pueblos pero muchos regidores de la provincia aseguran que el teletrabajo, el querer huir de las aglomeraciones de las ciudades y la mayor probabilidad de que confinen las ciudades ha llevado a muchos a permanecer en el medio rural más allá del estío

Lunes, 26 de octubre 2020, 08:20

La pandemia de la covid-19 nos está obligando a vivir bajo la incertidumbre, a cambiar planes. Pero lo que está claro es que los grandes núcleos de población, las ciudades, tienen más probabilidades, como se está comprobando, de sufrir confinamientos perimetrales. Esta realidad, ... al igual que la de intentar huir de aglomeraciones, buscar ocio al aire libre, está contribuyendo a que muchos pueblos burgaleses hayan visto como, al acabar el verano, menos gente haya regresado a las ciudades.

El teletrabajo también está ayudando a que los pueblos burgaleses no se hayan vaciado tanto. Muchas de las personas que teletrabajan prefieren hacerlo desde su vivienda en el pueblo que desde su casa de la ciudad. Por otro lado, tristemente, la covid-19 se ha llevado por delante muchos puestos de trabajo. Otros han reflexionado sobre su situación y han considerado que era el momento de afrontar un cambio. Ramiro Ibáñez, alcalde de Canicosa de la Sierra, confirma que una mujer procedente de Navarra y con vinculaciones con el pueblo se había interesado por montar una empresa en la zona gracias a las posibilidades del teletrabajo.

Ibáñez confirma que por la zona de Pinares, donde se ubica Canicosa, sí se aprecia más gente en los pueblos que en otoños pasados. Por un lado, mucha gente jubilada que pasaba el verano en el pueblo y luego regresaba a la ciudad, este año en plena pandemia han optado por no regresar. Igualmente, muchos burgaleses que siguen en teletrabajo prefieren realizarlo desde el pueblo, lo que también aumenta la vida de los municipios burgaleses.

En cambio, Lorena Terreros, alcaldesa de Valle de Mena, explica que por esta zona del norte burgalés no se ha notado un aumento notable de población una vez finalizado el verano en comparación con otros años. Señala Terreros que «últimamente la gente ha ido alargando el verano hasta el puente de Los Santos. Además, matiza la regidora de Valle de Mena que sí que había gente que había alargado el regreso a la ciudad pero «la temporada de lluvia que llevamos ha adelantado la marcha».

Lo que sí se ha notado en Valle de Mena, al igual que en la mayoría de pueblos de la provincia, ha sido el aumento de turismo rural y de veraneantes. «Este verano ha habido un gran aumento del turismo rural, de visitantes aunque fuesen excursiones de un día. Muchas casas que no se abrían todos los veranos este año han tenido gente. Se habrán abierto el 95 por ciento de las casas del municipio», señala Terreros.

En la misma línea se mueve la descripción de Ramiro Ibáñez sobre el verano por la zona de Pinares, «casas que llevaban tres o cuatro años cerradas este verano han estado abiertas».

Las oportunidades del mundo rural

Algunos alcaldes del mundo rural burgalés coinciden al afirmar que el medio rural ha estado denostado e infravalorado. Se ha sentido como éxito el vivir en una gran ciudad aunque las condiciones de vida fuesen peores: mayores precios, alquileres más caros, más tiempo invertido en desplazamientos...

«Parece que la pandemia nos ha puesto en situación. Hasta ahora veíamos a las grandes ciudades como lugares en los que vivir y trabajar y el medio rural quedaba solo para las vacaciones y la relajación. Estamos viendo como las grandes aglomeraciones no son sostenibles, afectan a nuestra salud y colapsan los servicios. Muchos han querido reinventarse y reorganizarse», reflexiona Ibáñez, regidor de Canicosa.

Otros regidores burgaleses se mueven en la misma línea. «Se llegó a poner en duda la rentabilidad del mundo rural», añaden, «cuando es completamente necesario para tener un país sano». Ibáñez destaca que muchos de los que han optado por seguir en los pueblos pasado el verano han encontrado «una alternativa que, además, les hace felices. Han visto que es más económico, hay más calidad de vida al estar más en contacto con la naturaleza, menos tiempo en desplazamientos».

Pero eso sí, los regidores lo tienen claro, si queremos que la gente permanezca en el medio rural, hay que ofrecer algo a cambio, buenas vías de comunicación, servicios educativos y sanitarios e internet de calidad son algunos de los pilares necesarios. Una deuda eterna de las instituciones con muchos pueblos de la provincia de Burgos. «Esa deuda se hace más visible ahora», sentencia Ibáñez. Saldarla, poco a poco, los burgaleses saben que la situación no se solventa de un día para otro, pero ir zanjando estas necesidades puede suponer un empuje y revulsivo para el medio rural.

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