Ecologistas en Acción ha señalado en su Informe Anual sobre Contaminación por Ozono que la presencia en la atmósfera de Burgos de esta sustancia ha aumentado un 1 por ciento en los nueve primeros meses de 2020, sobre el promedio del periodo 2012-2019.
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La estación suburbana de Fuentes Blancas ha marcado estos parámetros que difieren con los de la mayoría de puntos de Castilla y León. Ecologistas en Acción señala que la presencia de ozono en la región ha caído un 41 por ciento en los nueve primeros meses de 2020. Aún así, la crisis de la covid-19, que ha disminuido los desplazamientos debido a los confinamientos, no ha conseguido que el ozono se reduzca a niveles deseables. La organización advierte de que «la práctica totalidad de la población castellanoleonesa» ha respirado aire con más nivel de este contaminante del recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La reducción de la movilidad por la crisis de la covid-19 ha provocado una mejora «sin precedentes» de la calidad del aire, también en relación al ozono troposférico, según señala Ecologistas en Acción. El Informe anual sobre la Contaminación por Ozono de Ecologistas en Acción concluye por un lado que el ozono ha registrado un descenso, respectivamente, del 65% con respecto a los niveles máximos de ozono marcados por la normativa regional y del 41% con respecto a los niveles que señala la OMS, en relación al promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto de la región. En cambio, la estación suburbana de Fuentes Blancas es de las pocas de Castilla y León que arroja un incremento del 1 por ciento con respecto a la variación promedio 2012-2019.
El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza 483 estaciones oficiales de medición de ozono repartidas por todo el territorio español, entre ellas 36 situadas en Castilla y León.
En lo que respecta a Castilla y León, entre sus principales conclusiones, se destaca que durante 2020 los niveles de ozono se han reducido de forma importante, lo que ha interrumpido la tendencia estacionaria o al alza de los últimos años, como consecuencia de la drástica disminución de las emisiones de sus contaminantes precursores en la industria y en el transporte, por efecto de la crisis de la covid-19.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo al cual el aire contaminado por ozono ha afectado en 2020 al 90% de la población y al 74% del territorio castellanoleonés.
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La contaminación por ozono, incide Ecologistas en Acción, «debe abordarse como un problema sanitario de primer orden» pues según la Agencia Europea de Medio Ambiente, causa cada año entre 1.500 y 1.800 muertes en el España, entre ellas un centenar en Castilla y León, según el Instituto de Salud Carlos III. Las personas más afectadas son «niñas y niños, personas mayores, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias crónicas».
El coste sanitario y laboral de la contaminación por ozono, ha añadido Ecologistas en Acción, fue de 5.000 millones de euros en 2013, un 0,33% del PIB español, según el Banco Mundial, sin considerar los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.
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