Un autobús con 30 pasajeros pierde el control en Lerma: «Pensaba que íbamos a morir»

Así lo relata al periódico www.elcorreo.com una de las viajeras que vivió momentos de auténtico terror: «Estaba segura de que íbamos a morir», afirma la bilbaína Amaia Frau, que viajaba en el asiento número 1, justo detrás del conductor. Licenciada en Medicina y a punto de comenzar la especialidad, la joven, de 24 años, fue quien alertó al resto de los pasajeros de lo que estaba ocurriendo.

El autocar había salido de Madrid a las 20:30 horas de la noche y estaba previsto que llegara a Bilbao sobre las 00.40 horas del lunes. Según informa El Correo Frau viajaba dormida cuando, pasado Lerma, le despertó un ruido extraño y constante. Era el autobús, que circulaba ya sin control por una larga recta. Sus ruedas habían comenzaron a rascar las bandas transversales que alertan de que el vehículo se está saliendo del carril.

«El hombre estaba tirado sobre el volante, circulando a unos 120 kilómetros por hora. Me puse a gritar, muy nerviosa. '¡Por favor, que alguien coja el mando del autobús, el conductor se ha desvanecido!'». Dos hombres se hicieron con el volante del vehículo, pero el peso del conductor lo mantenía acelerado. Recorrieron «posiblemente» varios kilómetros en esta situación.

Desde el servicio de Emergencias del 1-1-2 Castilla y León explican que recibieron una llamada a las 22:56 horas del domingo alertando de que un autobús había perdido el control y de que se encontraban en el kilómetro 215 a la latura de Madrigalejo del Monte. El vehículo había derribado una señal de tráfico pero ya se encontraba estacionado en el momento de la llamada.

Hasta allí se desplazó la Guardia Civil de Tráfico de Burgos y, tal y como recoge el servicio de Emergencias, no hubo heridos y no se solicitó asistencia sanitaria.

Eso sí, los pasajeros detallan que los momentos vividos resultaron de tanta angustia que algunos comenzaron a llamar por el móvil a sus seres queridos para despedirse de ellos. «Comenzaron a caerse todas las cosas de los altillos, fue muy angustioso». En un momento determinado, alcanzaron un área de descanso, hacia donde los hombres al volante decidieron desviar el autobús. Fue en este punto donde se realizó el aviso al 1-1-2.

Horas más tarde, la empresa de transportes envió a la zona un autobús de Burgos, que dejó al pasaje en destino pasadas las tres de la mañana. «El conductor nunca había estado en Bilbao. Unos hombres le hicieron de guía para entrar en la ciudad y llegar a la estación».