La colonia burgalesa de buitres negros alcanza los 34 ejemplares en Huerta de Arriba

El informe de Grefa sobre el desarrollo del proyecto Monachus en el primer trimestre del 2020 pone de manifiesto que el año 2020 ha arrancado con una colonia compuesta por 34 buitres negros: siete liberados en 2017, once liberados en 2018, ocho de 2019 y ocho individuos exógenos (estos suponen el 23,5 por ciento de la colonia).

Grefa destaca que se han establecido nueve parejas en el territorio de esta incipiente colonia. El 22 de febrero se introdujeron en la jaula de aclimatación de Huerta de Arriba 13 buitres negros nuevos.

Las parejas de buitres negros de la Sierra de la Demanda tienen nombres y hay un registro sobre ellos por eso sabemos que las parejas están formadas por Arca y Acebo, Arámol y Bellota, Arrañón y Barbojeda, Arpín y Bioco, Benigno y Canaleja, Zolorro y Berbena, Zoroastro y una hembra exógena y el ejemplar AM[RX1] y Lorena (una pareja de exógenos procedentes ambos de Rascafría).

Hay una pareja que los biólogos de Grefa intuyen que deben estar regentando un territorio pero no han logrado encontrarlo hasta la fecha, por lo que no se descarta que no sea una pareja territorial aunque sí esté totalmente consolidada 'la relación'.

Bera y Bernabé, volvieron a unirse, se la puede contabilizar como la décima pareja pero es frecuente ver al macho, Bernabé, con otras hembras con las que, incluso, ha intentado alguna cópula. Los biólogos de Grefa creen que este comportamiento se debe «al comportamiento inusual que muestra Bera y que puede estar condicionado por la carencia de gran parte de su plumaje».

Durante los meses de enero, febrero y marzo de 2020, se ha monitorizado el lugar 44 días: 16 en enero, 13 en febrero y 15 de marzo.

El número medio de observaciones de buitres negros por día bajo a más de la mitad de enero a febrero, pasando de 24,43 a 10,76 ejemplares y se incrementó en marzo a 14 ejemplares de media al día. La misma dinámica se observó en los ejemplares exógenos, aunque el porcentaje ha disminuido a lo largo de estos tres meses, lo que significa que muchos ejemplares exógenos han retornado a sus colonias natales coincidiendo con el periodo de cría.

En enero la proporción de buitres negros frente a leonados aumentó. En febrero comenzó a aumentar progresivamente la afluencia de leonados y disminuyó la de buitres negros exógenos. En marzo se incrementó la presencia de buitres negros liberados y exógenos en el punto de alimentación, así como la de buitres leonados.

En la actualidad son 25 los buitres negros que conservan el emisor, de estos, 20 se encuentran fijados en la colonia y su área vital se sitúa en el núcleo de reintroducción y cinco se han dispersado.

13 de los 20 buitres negros radiomarcados fijados no han realizado viajes dispersivos fuera del área de reintroducción y sus movimientos para buscar alimento se sitúan en la colonia.

Del último grupo de buitres liberados, los más viajeros estos meses han sido Caleruega y Canales, quienes han realizado varios viajes siguiendo el principal corredor del Sistema Central, al igual que Bermeja. Ambos han visitado varios muladares de la provincia de Segovia y el vertedero de Urraca Miguel.

Quizás la noticia más triste en estos tres primeros meses ha sido el accidente de Brínzola en Noruega el día 14 de febrero, cuando chocó con el cable de una antena de derivación de un parque eólico que supuso la irreparable pérdida de su ala, ya que debido a las lesiones tuvo que ser amputada, por lo que si Brínzola logra recuperarse de la cirugía, no recuperará la capacidad de vuelo.

Cid, que migró en octubre a África asentándose en Mauritania, inició lo que parecía el viaje de regreso a la península Ibérica el día 28 de febrero. Tras días en ruta hacia el norte, se fue desviando hacia el este y finalmente no logró encontrar el paso al estrecho de Gibraltar, en ese momento, porque Cid ya ha cruzado el estrecho y se encuentra cerca de Huerta de Arriba, en tierras sorianas.