Los cazadores abren la Media Veda en Burgos con presencia «irregular» tirando a escasa de codorniz

«Es un año absolutamente anormal», reconoce Santiago Iturmendi, presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, quien lamenta que «si tuviéramos que eligir cosa que tuvieran que pasar para que el año no fuera bueno, no encontraríamos más de lo que ha pasado». Y es que las olas de calor, la sequía «espectacular» del campo, la mala cosecha y los incendio no ayudan a la causa.

La codorniz es, de por sí, una especie bastante irregular. Siempre anda a la búsqueda de zonas húmedas y con cobertura vegetal, para protegerse de los depredadores, así que se va moviendo hacia el norte. Y este año ha pasado de largo de España, pues ni siquiera la zona norte le ofrece el hábitat que necesita, de ahí que se haya movido a centroeuropa.

Iturmendi explica que «la entrada de codorniz en primavera fue buena, pero se han ido a zonas más frescas de Europa». Ni siquiera se han quedado en Francia o Reino Unido, que también están siendo azotadas por la sequía. A principios del verano se oía cantar mucha codorniz en la cornisa cantábrica, pero ya no, así que este año más que nunca la caza de la codorniz será una lotería.

«Puede haber zonas en las que el cazador pueda disfrutar de una buena percha», admite Iturmendi, quien espera que en Burgos «nos toque la pedrea, que los pedriscos ya nos han caído». Con ilusión afrontan los cazadores la media media, más desmotivados que por la falta de codorniz por «la actitud de parte del Gobierno de España y su persecución sistemática a la actividad cinegética».

La idea de declarar la codorniz como especie en peligro de extinción no es compartida por la Federación de Caza de Castilla y León, que remite a las investigaciones de los expertos. En ellas se desvincula la caza del estado de las poblaciones. Además, aunque alguna organización hable de 250.000 codornices en España, se cazan anualmente 1,2 millones, algo no cuadra en los datos.

Santiago Iturmendi asegura que, detrás de normativas tan restrictivas como la ley de bienestar animal, siempe se esconden intereses económicos. Habrá gente que se beneficie de las restricciones en cuanto a la cría de perros, por ejemplo, o su gestión. E insiste en que la federación siempre ha llevado por bandera la lucha contra el maltrato animal, antes incluso de que se pusiera «de moda».

Y la práctica de una caza sostenible y responsable. Entre las recomendaciones, este año como otro, está limitar los días de caza si no hay especies de media veda en los cotos. Y, por supuesto, retirarse de una zona en la que se encuentren pollos de perdiz, pues puede haber polladas tardías, con pollitos de 15 o 20 días, a los que hay que dejar crecer para la General.

La codorniz es la reina de la media veda pero también se pueden cazar urracas, cornejas, conejos y zorro (del 15 de agosto hasta el tercer domingo de septiembre). Igualmente, el 25 de agosto se abrirá la veda para la tórtola común, la paloma bravía y la torcaz, esta última con una importante superpoblación, sobre todo en las ciudades, que está causando mucho daño.

«La paloma torcaz está viviendo un momento espectacular. En los núcleos urbanos incluso hacen daño al patrimonio cultural y, en el campo, a la agricultura», explica Iturmendi, así que hay reducir el número. «Es una especie en clara expansión» y puede dar alegrías a los cazadores este año. En cualquier caso, el 15 de agosto salen al campo para «disfrutar de la jornada de apertura».