Las carreteras convencionales acumulan la inmensa mayoría las muertes en Burgos

En lo que llevamos de año, solo dos de los 16 accidentes mortales que se han registrado en las carreterras burgalesas han correspondido a vías de alta capacidad, en concreto, en autovías. El resto han tenido lugar en carreteras convencionales, vías de un único carril por sentido, con salidas de vía, vuelcos, colisiones y choques frontales.

Y los datos de 2021 van en la misma línea. El anuario recién publicado muestra que solo cuatro de los 11 fallecidos el pasado año perdieron la vida en siniestros ocurridos en autopista o autovías. Además, de los 280 accidentes con víctimas sucedidos, 215 tuvieron lugar en vías convencionales. 30 fueron en autovías, 22 en autopistas y, el resto, en otro tipo de vías.

El pasado año, Burgos acumuló 552 accidentes con víctimas, entre vías urbanas y vías interurbanas. De ellos, 14 han sido mortales, con 15 fallecidos. Las cifras son bajas, incluso en algunos casos más bajas que en 2019, un año «raro», que registró los mínimos históricos en la provincia. Eso sí, 2021 también es un año extraño, estadísticamente hablando, porque siguió habiendo restricciones.

El número de accidentes ha ido descendiendo de manera significativa en las últimas décadas. Según el histórico de la DGT, en 1993 eran 1.015 los accidentes de tráfico con víctimas en vías urbanas e interurbanas que se producían en la provincia. En 2002 llegaron incluso a 1.294 siniestros, pero luego han ido cayendo hasta los 628 de 2019 o los 552 de 2021.

Lo mismo ha ocurrido con los fallecidos, que eran 137 en 1993 pero, en los últimos años, han caído por debajo de la veintena. En 2019 fueron 14 y en 2021 se quedaron en 15. A fechas de mediados de octubre, son ya 19 los fallecidos en vías interurbanas y a 24 horas. Habrá que esperar a que pase el año para sumar los fallecidos en vías urbanas y a 30 días.

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