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Hablar de previsión de cosecha en el campo burgalés es inviable en estos momentos. La Feria de Maquinaria Agrícola de Lerma, que se celebra todos los años en torno al puente del 1 de Mayo, suele ser el lugar idóneo para testar como le ... irá el año a los agricultores de la provincia. Sin embargo, en esta ocasión hay incertidumbre y mucha tristeza.
La gran sequía acumulada, pues desde que lloviese en diciembre no ha vuelto a caer agua de forma adecuada, unida a las heladas gordas de abril y, ahora, al granizo caído en algunas comarcas llevan a los agricultores a ser muy pesimistas. La cosecha del cereal ya acumula pérdidas, queda por saber a qué niveles, aunque en algunos sitios «ya han cosechado».
En la comarca de Odra-Pisuerga donde la tormenta del sábado ha arrasado con los cultivos ya no hace falta cosechar. Ahora lo que se necesitan son soluciones, empezando porque dejen a los agricultores enterrar los restos para que sirvan de abono, apunta Esteban Martínez, el presidente de ASAJA Burgos.
Y el martes, una vez pase el puente festivo, se llamará a Agroseguro para que realicen el peritaje oportuno, y si es necesario que declaren la zona «siniestro total», que lo hagan, afirma. Tampoco hará falta cosechar en muchas tierras que se han quedado con el cultivo sin crecer, porque no merece la pena el gasto ni el esfuerzo.
Para otros campos todavía hay algo de esperanza, asumiendo ya una pérdida sobre la cosecha normal, pero solo si llueve en condiciones. Unos 70 litros por metro cuadrado estima Susana Pardo, de UCCL, que se necesitarían en Burgos, pero caídos lentamente, sin tormentas, para salvar parte de la cosecha. De lo contrario, «será una catástrofe».
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Pardo explica que muchos cultivos ya han espigado, así que el agua serviría para darles una segunda vida, pero en el campo burgalés ya tienen más que asumido que la cosecha será muy baja. Y eso que la campaña ha sido la más cara, pues el coste de la siembra se ha duplicado, lamenta Jesús Manuel González Palacín, coordinador regional de UCCL.
Por ese motivo, la organización agraria reclama ayudas directas a las administraciones y que vayan destinadas a los agricultores y ganaderos a título principal, pues son ellos los que viven del campo. Una mala cosecha arruina la economía del año de un agricultor, insiste Pardo, y hay que ayudarle porque al año siguiente tiene que volver a sembrar.
Y todo esto sin saber qué ocurrirá con los cultivos de regadío. El sistema Pisuerga tiene poca agua, que se está limitando y la campaña solo ha hecho que empezar. Si no llueve, acabará de forma abrupta antes de tiempo, es decir, tendrán que cortar los riegos, como ha ocurrido otros años, y eso es cultivo perdido.
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