La situación económica generada por la pandemia del COVID-19 está suponiendo un auténtico tsunami para muchos sectores económicos. A pesar de los problemas que arrastra, algunos de los cuales se vieron agravados en las últimas semanas por este virus, el campo es uno de ... los que ha aguantado el tipo en materia de empleo. El número de afiliados en el campo de la provincia de Burgos se ha mantenido en mayo casi idéntico al del año pasado, solo 10 afiliados menos, con un incremento respecto a abril de un 13,72 por ciento. El mayor crecimiento de afiliados al campo de Castilla y León de abril a mayo.
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A nivel regional, el campo también ha resistido la variación interanual con solo 72 afiliados menos en Castilla y León y con un incremento respecto a abril de un 4,6 por ciento, ligeramente superior a la variación de este mismo periodo en 2019, según datos del Ministerio de Seguridad Social recogidos por la Agencia Ical.
El campo ha sido un sector que a pesar del parón económico ha permanecido activo para garantizar el suministro de alimentos a los ciudadanos, lo que ha llevado al mantenimiento de las rutinas que, más allá de los inconvenientes generados por el COVID, no han cambiado demasiado. «Somos un sector que tenemos los cimientos anclados y que no se deslocaliza, así que hay que protegerlo», reclama el presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo.
Por provincias, entre abril y mayo la afiliación aumentó en todas las provincias, sobre todo un 13,7 por ciento en Burgos (1.005 afiliados más); un 11,2 por ciento en Valladolid (1.078 afiliados más); un 2,6 por ciento.en Soria (98); un 2,5 por ciento.em Segovia (163); un 2,2 por ciento en León (188); un 1,3 por ciento en Ávila (68), Palencia (63) y Zamora (92); y un 0,9 por ciento en Salamanca (76).
Respecto a mayo del año pasado, las afiliaciones descendieron en Ávila (cinco menos), hasta las 5.187; 10 menos en Burgos (8.335); tres menos en Palencia (4.925); 90 en Segovia (6.682); 12 en Soria (3.825); dos en Valladolid (10.669) Y 20 en Zamora (6.888). Por el contrario, aumentó en León, en nueve hasta los.9.051; y en 61 en Salamanca (7.961).
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Dujo se felicita porque hay «un ánimo importante» de gente que quiere incorporarse al sector, algo «bueno» en un colectivo envejecido en el que «la mejor política que puede haber es la de incorporar jóvenes», algo que pasa, no solo por las ayudas, sino también por la rentabilidad de las explotaciones y por ver «ejemplo de bienestar a sus familiares y de rentabilidad».
Aunque el número de autónomos sigue siendo mayoritario, ha aumentado en los últimos años el número de asalariados, que «normalmente son gente fija de todo el año», además de que suelen estar en un número «pequeño» y pasan a ser personal de la explotación «al poco tiempo», es decir, en Castilla y León no hay grandes problemas con los temporeros como sí hay en otras comunidades. «No hay gente a la que se le explote, sino que son personas que son parte de esa explotación» lo que crea «unos vínculos» que suponen beneficios «tanto para el titular como para el trabajador».
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En algunos momentos se necesitará mano de obra, caso de la vendimia o la recolección de la patata, pero Dujo insistió en que Castilla y León es «de las comunidades con una agricultura más profesional, más innovadora y que ha avanzado más, se ha modernizado más y los rendimientos han experimentado unos mayores avances».
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