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Va a ser una campaña marcada por las inspecciones. Mayor vigilancia sobre las contrataciones, las condiciones sanitarias o los alojamientos de los temporeros, para minimizar al máximo el riesgo de contagios de la covid-19 y que la vendimia de 2020 se pueda convertir ... en un foco de coronavirus en Burgos, como ha pasado durante este verano en otros puntos del país en diferentes campañas de recogida de frutas o verduras.
«Va a haber mucha más vigilancia, de todo», apunta Susana Pardo, la responsable de UCCL Burgos, y los productores, las bodegas y todo el personal implicado en la vendimia es el primer interesado en que se cumplan las medidas de seguridad, se garanticen unas buenas condiciones sanitarias y de alojamiento, para que la campaña se desarrolle con cierta normalidad y evitar paralizaciones.
Sin embargo, Pardo asegura que si bien algunas cuestiones del protocolo están claras quedan muchas dudas que mantienen la incertidumbre sobre los productores. Para empezar, la contratación de los temporeros, que se suele hacer a través de empresas de servicios, pero la responsabilidad de que estén dados de alta en al Seguridad Social y cumpliendo los requisitos es el productor/agricultor.
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Por ese motivo, UCCL recomienda que se ponga mucha atención en cómo se realizan las contrataciones, qué tipos de empresas se utilizan para evitar tener problemas con irregulares. Además, como sindicato agrario han contactado con Cruz Roja para crear una bolsa de empleo y así contar con cuadrillas, también como colchón por si se declara algún brote y los temporeros tienen que aislarse.
El aislamiento ante un positivo de la covi-19 es otro de los problemas a los que se enfrentan el sector. Susana Pardo recuerda que, durante la vendimia, ya hay problemas para garantizar el alojamiento suficiente a los temporeros. Ahora, además, hay que asegurar que se cuenta con zonas que permitan un aislamiento de positivos. Por ese motivo, las administraciones han puesto al servicio de la campaña espacios para el aislamiento, como el recinto ferial de Aranda o albergues municipales.
Además, antes de iniciarse la campaña, se realizarán pruebas PCR a los temporeros, como medida de prevención, y solo se aislará a aquellos que den positivo pues se supone que no existirá contacto estrecho. Los temporeros trabajarán a más de metro y medio de distancia, no se comparten herramientas, ni botellas de agua ni alimentos, llevarán mascarillas, se harán desinfecciones periódicas y se seguirán protocolos específicos en el transporte.
«El mayor problema que veo es fuera del trabajo«, asegura Susana Pardo, tanto para los trabajadores que puedan ser de Burgos como para los que lleguen de fuera, pues es muy difícil controlar qué hacen después del trabajo, con quién se relacionan y cómo. Habrá mayores vigilancias para evitar comportamientos de riesgo y se atenderá a las familias que vengan con los temporeros, para minimizar también los peligros de contagio.
Desde UCCL confían en que la campaña se pueda desarrollar con cierta normalidad, sin sobresaltos. Una vendimia que arranzará, en la Ribera del Duero, la próxima semana (aunque la uva blanca ya se está recogiendo en algunos viñedos), pero que tomará impulso ya en octubre, también cuando llegue el momento de recoger en el Arlanza. «El sector está muy concienciado», afirma Susana Pardo.
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