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Las temperaturas que ha registrado Burgos en febrero han adelantado las intervenciones del Ayuntamiento de Burgos para combatir los estragos de la procesionaria. Esta imagen clásica de la primavera ya se ha dejado ver en muchos puntos de la capital, por lo que el ... servicio de Medio Ambiente ha empezado a 'limpiar' los pinos de esta oruga.
De momento, las actuaciones están siendo manuales como en el caso del Cinturón Verde. «Estamos colocando bolsones en los pinos y la procesionaria va bajando. Después trasladamos estos al vivero municipal para su incineración», ha señalado el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño.
Durante este mes, el Ayuntamiento ha recibido muchas peticiones de vecinos y Medio Ambiente se ha comprometido a actuar en gran parte de la ciudad, «incluso en algunas donde nunca se había intervenido», ha añadido Temiño. Desde la Junta de Castilla y León se hace una llamada a la tranquilidad, «la procesionaria no está considerada una plaga forestal, es una especie endémica de los pinares mediterráneos».
Desde la Junta de Castilla y León se informa de que no es preciso tomar ninguna medida porque actualmente no se considera un problema. Además, ante la preocupación ciudadana, se aclara que «la oruga no mata los pinares, no hace daño al pinar, produce la defoliación del pino (la caída de su hoja) pero esos pinos que se ven marrones brotan de nuevo, sobre todo causa mucho impacto visual», explica José Ignacio Pardo, jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Burgos.
Hace unos años desde la Junta de Castilla y León sí se empleaba una tratamiento aéreo de fumigación cuando la población de procesionaria no era muy elevada. Ese tratamiento ahora está prohibido por la Unión Europea por los posibles efectos de la fumigación. El tratamiento se aplicaba cuando la población de la oruga no era muy elevada porque, como explica Pardo, la especie se regula sola. Alcanzan un pico de población cuando disponen de mucho alimento y, cuando llegan a ese máximo, comienza a descender el número de individuos.
«Al prohibirse este tratamiento aéreo nos queda el que se aplica desde el suelo, que tiene menos problemas para la salud de personas y animales, pero es muy difícil», reconoce. El problema, en este caso, es que habría que ir pino a pino y es «caro e inviable».
Desde la Junta se estima «innecesario» realizar intervenciones contra la población de la procesionaria en cada pinar porque, además, la población de la oruga varía de unos puntos a otros. Pardo sí entiende que se tomen medidas en pinares cercanos a núcleos urbanos y frecuentados como zona de ocio. «Las entidades locales sí tienen capacidad para actuar y lo están haciendo ante las peticiones de los vecinos, principalmente», apunta el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Burgos.
Durante este mes, el Ayuntamiento ha recibido muchas peticiones de vecinos y Medio Ambiente se ha comprometido a actuar en gran parte de la ciudad, «incluso en algunas donde nunca se había intervenido». Estas zonas son Villagonzalo Arenas, Merindad de Río Ubierna, Alfoz de Bricia, glorieta Hungría, Costa Rica, Fuentecillas, Barriada El Pilar, Villadiego, Navas de Tolosa, Parral, plaza Aragón, Hangar, Paseo de los Pisones, Los Robles, el Bulevar, jardín botánico de la Quinta, Reyes Católicos, Dos de Mayo, Barriada Militar, Parque de Buenavista, Pablo Ruiz Picasso, Paseo Pintor Cortés, Gonzalo de Berceo, Loudum, parque de la Luz, Conde de Haro, Victoria Balfé, Juan Pablo II, Estación de Tren y plaza Extremadura. «Tenemos que actuar. Es un peligro para ciudadanos y animales de compañía», ha concluido Temiño.
El año pasado, el Ayuntamiento de Burgos contrató a una empresa para tratar la procesionaria de pino, que colocó 200 trampas. Tras el conteo de las mariposas caídas en cada trampa, la media de individuos superó los umbrales de medio-alto, siendo Villalonquéjar extremadamente alto.
José Ignacio Pardo, jefe del Servicio de Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Burgos, explica que sí hay un tratamiento que se está demostrando eficaz. Consiste en un tratamiento de endoterapia, un método que se basa en la inyección en el tronco de una sustancia perjudicial para la procesionaria que a través de la savia llega a las hojas.
«Lo beneficioso de este tratamiento, a diferencia del aéreo, es que al no esparcir la sustancia no hay peligro para humanos y animales», apunta Pardo, por lo que se emplea en pinares cercanos a núcleos urbanos. Además, Pardo ha añade que se ha demostrado «muy efectivo porque su efecto se alarga durante varios años».
El inconveniente es que hay que ir pino a pino para inyectar la sustancia, lo que encarece y dificulta la aplicación.
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