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La sangría poblacional que sufre la provincia de Burgos en los últimos años parece no tener fin. Así lo reflejan los últimos datos publicados por el Instituto nacional de Estadística (INE), que vuelven a ser devastadores en este sentido. Y es que, en los primeros ... seis meses del año, fallecieron en la provincia un total de 2.100 personas (1.032 varones y 1.068 mujeres), mientras que solo nacieron 1.190 (606 varones y 584 mujeres). Es decir, que el resultado vegetativo es de -910 personas.
Estos datos vienen a consoldiar una tendencia que se arrastra ya desde hace demasiado tiempo. Para muestra, un botón. Durante todo el año pasado se registraron en la provincia 4.016 defunciones (2.014 hombres y 2.002 mujeres) y 2.453 nacimientos (1.245 varones y 1.208 mujeres), esto es, una diferencia de 1.563 personas. De hecho, 2017 marcó el récord de defunciones en un año desde que el INE publica la estadística y, a la vista de los resultados obtenidos en los primeros seis meses de este año, todo hace indicar que 2018 volverá a batir esa marca.
Mientras tanto, el volumen de nacimientos continúa manteniéndose en cifras muy bajas. Muy lejos quedan los 3.250 nacimientos que se registraron en 2007, antes de que estallara la crisis; y mucho más lejos quedan las cifras de los años 70', cuando se llegaron a contabilizar hasta 5.758 nacimientos en un solo año (1976).
Esta situación no hace sino lastrar los índices demográficos. Unos índices que continúan en caída libre, toda vez que los movimientos migratorios continían siendo negativos. Así, la tasa de emigración a otras provinias fue en 2017 del 12,66 por cada mil habitantes, mientras que la llegada de habitantes provenientes de otros territorios españoles fue del 10,96 por mil. Cierto es que la emigración interprovincial parece haberse estabilizado tras unos años disparada, pero el saldo continúa siendo negativo.
También parecen haberse estabilizado los índices de emigración a otros países. Así, tras tocar techo en 2012, con la crisis golpeando de lleno a la economía burgalesa, el volumen de emigrados se ha reducido hasta el 5,17 por mil en 2017, mientras que la llegada de inmigrantes también ha caído respecto a hace una década. Así, la tasa de inmigración exterior era en 2008 del 10,21 por mil, mientras que el año pasado fue del 7,07 por mil.
En este sentido, cabe destacar que la inmensa mayoría de los migrantes continúan siendo jóvenes en edad de trabajar, fundamentalmente de entre 20 y 30 años de edad. De hecho, la tasa de emigración interprovincial alcanza en esos rangos de edad índices de hasta el 45 por mil.
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