Burgos recupera el impulso turístico, pero no llega a cifras previas a la pandemia

Así lo demuestran los datos oficiales ofrecidos por la Junta de Castilla y León, que reflejan cómo el turismo ha ido mejorando sus resultados a medida que avanzaba el año y el sector se liberaba de las restricciones de la covid-19. Así, durante el primer semestre del año, los diferentes alojamientos de la provincia registraron un total de 592.415 viajeros, lo que supone un crecimiento desorbitado si se tienen en cuenta los datos del mismo periodo de 2021 y, sobre todo, 2020.

De esta forma, los datos se acercan mucho a los resultados obtenidos en 2019, último año de normalidad antes de la pandemia, cuando se registraron 642.449 viajeros. El descenso respecto a aquel periodo es del 7,8%, algo lógico teniendo en cuenta que los primeros meses de 2022 aún estuvieron marcados por la covid-19.

Buena parte del descenso acumulado respecto a las cifras previas a la pandemia se circunscribe al turismo extranjero, al que le está costando arrancar de nuevo más que al turismo nacional, que prácticamente ha igualado resultados en este primer semestre (414.243 viajeros) respecto a 2019 (424.803 viajeros).

Además, la estancia media se ha incrementado levemente en este primer semestre, toda vez que las pernoctaciones (913.077) se han reducido respecto al mismo periodo de 2019 (977.368), pero en menor medida que el número total de viajeros (un 6,5%).

El mes con mejores resultados para el sector este año es mayo, cuando se contabilizaron 138.066 viajeros y 210.630 pernoctaciones.

Lo que no cambia es el perfil de viajero. Y es que, aproximadamente dos de cada tres visitantes se alojan en hoteles, hostales y pensiones, mientras que otras opciones, como las casas rurales o los albergues asumen cada uno alrededor del 10% de los viajeros.

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