La Cabaña de Carreteros lleva a la Cumbre del Clima el Pino Ibérico de 350 años de antigüedad, un símbolo del grave deterioro de los bosques españoles

La Cabaña Real de Carreteros Burgos-Soria lo ha trasladado a Madrid como parte de la contribución que, a la Cumbre del Clima, realizan la Asociación de Ayuntamientos Forestales ESMontaña y Juntos x los bosques. Ambas entidades han participado en una conferencia, a principios de semana, para analizar la gestión activa de los espacios forestales y su contribución a la lucha contra el cambio climático.

Los bosques son sumideros, temporales y permanentes, de CO2, recuerda Antonio Martín Chicote, presidente de la Cabaña Real de Carreteros. También contribuyen a la regulación hidrológica. Sin embargo, «los servicios que prestan los bosques no están ni reconocidos ni pagados», insiste Martín Chicote, quien considera que ahora «es la ocasión de oro» para poner en valor la riqueza forestal del país.

De ahí la presencia del Pino Ibérico en Madrid, de una antigüedad de 350 años, que simbiliza el trabajo de los selvicultores. Es también un símbolo de la cantidad de árboles que están muriendo en los bosques a consecuencia del cambio climático, afirma Martín Chicote, quien explica que Quintanar de la Sierra está produciendo ya la mitad de la madera en seco. «El cambio climático es real».

La Cumbre del Clima tiene que ser el punto de arranque para conseguir una política forestal que considere a los bosques como sociedad agrarias especiales, dotadas de valor económico. Se debe reconocer su contribución a frenar el cambio climático, y monetarizarla, pues la actividad forestal es también clave en la lucha contra la despoblación, pues ofrece potencialmente 50.000 empleos.

«El mapa de la despoblación coincide con el mapa de los montes de utilidad pública», afirma Martín Chicote, quien destaca la política forestal de los Reyes Católicos, que entregaron la propiedad de los montes a los pueblos, algo único en Europa. Mientras, la política forestal actual olvida a los municipios, y si no se promueve la actividad forestal esta se muere y, con ella, los propios bosques.

Por ese motivo, la presencia en la Cumbre del Clima de la Cabaña Real de Carreteros está más que justificada. Y la del Pino Ibérico de Juana I de Castilla, más todavía. La talla tematizada representa al torreón de Tordesillas donde fue confinada la reina, acusada de estar loca. Los carreteros la acarrearon entre 2006 y 2009 desde Burgos a Tordesillas, siguiendo los tres itinerarios de la Reina Juana I. Se quedó casi ocho años en Tordesillas y, ahora, se encuentra en Quintanar de la Sierra.

En la Castellana también se ha ubicado una carreta cargada de vigas de pino silvestre, unas actuales y otras procedentes del Hospital de la Concepción, del siglo XVI. Con ellas se pretende demostra que la madera noble tiene una segunda vida, que después de muerta puede tener una utilidad, y criticar que la mayor parte de la madera actualmente acaba conformando palés y estructuras sin valor.