Burgos pierde en una década 5.875 habitantes en favor de otras provincias

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 46.987 vecinos de Burgos se trasladaron a otras provincias entre los años 2012 y 2021, con un flujo que se mantiene más o menos constante año a año, aunque con picos destacados en los primeros años de la década a raíz de los efectos de la crisis de 2008.

Se trata, sin duda, de unas cifras muy significativas para una provincia que, según el último padrón, contaba con poco más de 356.000 habitantes y que acumula un saldo migratorio interior de -5.875 personas. Básicamente, en la última década se han marchado de Burgos más personas de las que han llegado procedentes de otras provincias (41.113).

Eso sí, ahora mismo hay un pequeño halo de optimismo. Y es que, tras años acumulando saldos migratorios interprovinciales negativos, en los dos últimos ejercicios con datos oficiales se ha conseguido revertir la tendencia. Dicha reversión es aún muy tímida (apenas 26 personas más en 2021 y 267 en 2020), pero se trata en todo caso de un dato positivo tras años muy complejos. Habrá que ver si esa dinámica se consolida a lo largo de este año o la estadística vuelve a reflejar un saldo migratorio negativo.

En este sentido, cabe destacar que el destino preferido por los burgaleses dentro de España es, sin ningún lugar a dudas, Madrid, que acumula casi la cuarta parte de todos los movimientos interprovinciales procedentes de Burgos año tras año.

A partir de ahí, el destino de los burgaleses se reparte, fundamentalmente, por las provincias más cercanas, destacando Vizcaya, Valladolid y Cantabria, en ese orden, mientras otros destinos habitualmente beneficiados por los flujos migratorios, como Barcelona, Málaga o Valencia, pasan algo más desapercibidos en la estadística.

Cabe destacar también que el saldo migratorio negativo es más acusado entre las mujeres que entre los hombres. Así, en la última década la diferencia es de -3.199 mujeres y 2.676 hombres.

En todo caso, la fotografía de situación es muy compleja, ya que demuestra que, al menos durante la última década, Burgos ha perdido atractivo con respecto a otras provincias españolas, ya sea por falta de oportunidades, peor oferta formativa u otras cuestiones.

La nota positiva es que, a diferencia del saldo migratorio interprovincial, Burgos sí que sale ganando cuando se atiende al movimiento al extranjero. De acuerdo a los datos del INE, en la última década han llegado a la provincia 21.507 inmigrantes procedentes del extranjero, mientras que 20.605 personas han realizado el camino inverso. Esto es, el saldo migratorio con el exterior es de 902 personas en la última década.

Y eso a pesar del éxodo exterior vivido tras la crisis de 2008, que motivó la salida de cientos de burgaleses a otros países, fundamentalmente de la Unión Europea, en busca de oportunidades.

Ese saldo positivo, en todo caso, no es suficiente como para compensar los malos datos que arrastra la provincia en el flujo migratorio interprovincial ni la paulatina caída de la natalidad.

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