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Se antoja un escenario complicado. La provincia de Burgos perderá algo más de 23.000 habitantes durante los próximos 15 años, de acuerdo con las previsiones demográficas lanzadas ayer por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE). Unas previsiones que no hacen sino profundizar en ... la crisis demográfica que arrastra la provincia desde que su población tocara techo antes de que comenzaran a notarse los efectos de la crisis de 2008.
En concreto, el INE estima que, de mantenerse la tendencia acumulada y cumplirse los parámetros inicialmente previstos, Burgos contará en enero de 2035 con una población aproximada de 332.561 habitantes. Esto implica un descenso aproximado del 6,5% respecto a las cifras actuales, que se mueven en el entorno de los 355.776 habitantes según las últimas estimaciones.
Cabe destacar que el descenso previsto por el INE se reparte de manera progresiva, con caídas de población cada año, debido, fundamentalmente, a la significativa caída de la natalidad y a la emigración, que superarán con creces la inmigración, que aumentará su peso específico.
Ese, de hecho, es uno de los factores determinantes de cara a los próximos años. Si la tendencia actual se mantiene, la llegada de inmigrantes será cada vez mayor. Ahora mismo, se calcula que unas 1.116 personas provenientes de otros países recalan en la provincia cada año. En 2035, las previsiones indican que esa cifra ascenderá hasta los 2.474 personas al año. Así, la población inmigrante se verá incrementada desde los 36.549 habitantes (un 10,27% del total) que se calculan ahora mismo hasta los 46.574 (un 14% del total).
Ese incremento poblacional no compensará las salidas de burgaleses hacia el exterior, que también se verán duplicadas, pasando de las 798 al año actuales a las 1.588 previstas para 2035.
Menos diferencias habrá en el flujo migratorio interior. Ahora mismo, cada año salen de Burgos hacia otras provincias más personas de las que llegan a la provincia de otros puntos del territorio nacional (4.585 frente a 4.220). Y en 2035 seguirá esa tendencia, aunque previsiblemente, los flujos migratorios se contraerán levemente, con un cálculo aproximado de 4.298 salidas y 4.184 llegadas.
Además, y quizá sea este el aspecto más comprometedor, el INE prevé que el descenso de la natalidad se vea pronunciado en los próximos ejercicios. Este año se prevé que nazcan en la provincia 2.361 personas, una cifra que, de cumplirse la previsión, se vería reducida hasta los 2.080 en 2034.
Se trata, en todo caso, de un escenario similar al que presentan otras provincias de Castilla y León, que también se enfrentan a una pérdida paulatina de población desde hace varios años. Una pérdida de población que, sin embargo, no parece que afectará de la misma forma al conjunto del territorio nacional. Y es que, según las previsiones del INE, el movimiento hacia las grandes capitales continuará en los próximos años, con especial protagonismo de Madrid, que se calcula que en 15 años aumentará su población en más de 600.000 habitantes, hasta llegar a los 7,3 millones.
Paralelamente, esta situación derivará en un paulatino envejecimiento de la población en provincias como Burgos. Ahora mismo, el rango de edad más habitual en las tierras del cid es de 55 años. En 2035, de cumplirse estas previsiones, la edad más habitual serán 58 años. Como curiosidad, también se prevé que la población de centenarios se vea incrementada sensiblemente en este lapso de tiempo.
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