Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este lunes 20 de enero
Scheherezade y Carlos en la Curva de la Herradura o Horseshoe Bend en Arizona. BC

De Burgos a más de 38 países, dos oficiales de la Armada se lanzan a dar la vuelta al mundo

La burgalesa Scheherezade y su pareja, Carlos, han dejado atrás sus vidas como militares para convertirse en viajeros. Llevan casi dos años recorriendo el mundo y han visitado más de 28 países. Aquí nos descubren las sorpresas y también se sinceran sobre la realidad de vivir viajando

Domingo, 21 de julio 2024, 09:32

Scheherezade es una burgalesa, con raíces en Quintanar de la Sierra, que, junto a su pareja, Carlos, originario de Madrid han dejado atrás sus vidas como militares, concretamente oficiales de la Armada Española y se han embarcado en otra misión, cumplir su sueño: dar la vuelta al mundo.

Este es un plan que construyeron juntos y así lo están viviendo. «Cuando apenas llevábamos dos años de relación, nos ocurrieron ciertas situaciones personales y de trabajo que nos llevaron a darnos cuenta que la vida es muy corta y que, de verdad, hay que aprovecharla y disfrutarla al máximo», explican. Así que, se han cogido una excedencia por interés particular, que tiene un tiempo mínimo de dos años y un máximo de diez, y ahora mismo se encontrarán por algún país del mundo. Su destino es el mismo viaje.

La preparación, la economía

Desde 2015 estuvieron dándole vueltas a la idea, madurándola. Como todo gran proyecto, se ha ido conformando solo. «Al principio pensábamos en algo más pequeño, unos meses por ahí, pero según fuimos ahorrando dinero y por circunstancias, el sueño fue creciendo más y más hasta que dar la vuelta al mundo se convirtió en algo que podíamos hacer real», explican. Y, ahí, con esa certeza, no lo dudaron.

Obviamente, aunque se trata de la parte mundana, la que aleja el viaje de la utopía, la parte económica es fundamental. Aunque pueda parecer sorprendente, Scheherezade y Carlos explican que viajar puede resultar menos costoso que el día a día. «Aunque parezca mentira, uno puede gastar menos mensualmente viajando que metido en la rueda de todas las cosas que tienes que pagar a diario. Imagínate dejar de pagar alquiler, luz, agua, gas, móvil, Netflix, Spotify, HBO, Amazon Primer, el gimnasio… Uno no se da cuenta de los gastos fijos mensuales que tiene hasta que haces algo así», explican.

El viaje se construye a sí mismo

Quien vive encerrado, poco tiene para contar y, en su caso, el primer día ya les puso a prueba a todos los niveles. Primero, a nivel emocional, al despedirse de sus familiares, pero también se mezclaba la pena con la expectación, con las ganas de empezar. «No nos creíamos que estuviéramos haciendo realidad algo tan esperado», reconocen. A todo ello se sumó que cuando aterrizaron en Nairobi sus mochilas no lo hicieron con ellos. Ahí estaba ya la primera lección del viaje: nada es tan importante ni necesario para vivir como pensamos.

Buceo en Corón, Filipinas. Ayutthaya en Tailandia y Taman Dedari en Bali. BC
Imagen principal - Buceo en Corón, Filipinas. Ayutthaya en Tailandia y Taman Dedari en Bali.
Imagen secundaria 1 - Buceo en Corón, Filipinas. Ayutthaya en Tailandia y Taman Dedari en Bali.
Imagen secundaria 2 - Buceo en Corón, Filipinas. Ayutthaya en Tailandia y Taman Dedari en Bali.

Hasta ahora han visitado más de 28 países en África, Asia, Oceanía y América. Han tenido la posibilidad de vivir como un evento extraordinario la vida cotidiana de otras gentes en parajes lejanos a su hogar en estos países. ¿Estaba organizada la ruta? Más o menos. Tenían una idea general al partir de los países a los que querían ir y el tiempo que podían dedicarle a cada continente, pero, como la vida, el viaje se va construyendo al margen de los planes y también existe la improvisación. En función de lo que les recomiendan en estos países, de la posibilidad de cruzar fronteras, rapidez de visados, medios de transporte...

Sabían al comienzo que el primer año África les llevaría cuatro meses y el resto del año se lo dedicarían al Sudeste Asiático. Para el segundo año podían dar unos tres meses a Oceanía, «limitados, sobre todo, por lo caros que son estos países». El resto del tiempo sería para recorrer todo el continente americano.

Pero lo que van a visitar en cada país o zona lo hacen sobre la marcha, por recomendaciones de gente local o de otros viajeros que conocen, por cruces de frontera o visados.

Las sorpresas, las decepciones

Cuando se viaja se es un eterno aprendiz, pero con todo este camino en sus mochilas, si se les pregunta por las mejores experiencias, Scheherezade reconoce que quería vivir dos: «Una, la de colaborar con una ONG en Kenia. La otra, hacer el trekking de los gorilas en Uganda y ver más de cerca a estos increíbles animales. Recorrer Nueva Zelanda era otro de mis sueños viajeros». A Carlos le hacía mucha ilusión «viajar a Indonesia, por supuesto, por sus olas, pero también porque me la imaginaba muy salvaje».

Poon Hills, Annapurna, Nepal. Templo Blanco en Chiang Rai (Tailandia). Santuario de jirafas en Kenia. BC
Imagen principal - Poon Hills, Annapurna, Nepal. Templo Blanco en Chiang Rai (Tailandia). Santuario de jirafas en Kenia.
Imagen secundaria 1 - Poon Hills, Annapurna, Nepal. Templo Blanco en Chiang Rai (Tailandia). Santuario de jirafas en Kenia.
Imagen secundaria 2 - Poon Hills, Annapurna, Nepal. Templo Blanco en Chiang Rai (Tailandia). Santuario de jirafas en Kenia.

Con esas expectativas en mente, las grandes sorpresas positivas han sido Namibia y Sri Lanka. «Nueva Zelanda era un país en el que ya teníamos depositadas muchas expectativas y las ha superado con creces», reconoce. «Los que no han sido como creíamos, a lo mejor justo por eso, porque esperábamos grandes cosas de ellos, han sido Indonesia y Australia. Ambos son países increíbles, pero quizá llevábamos las expectativas muy altas».

Si tienen que elegir un país para vivir, elegirían Filipinas, «creemos que podríamos ser muy felices allí, quizá por la influencia española de siglos atrás. Sentimos que su forma de vivir, su comida, su simpatía y su forma de ser eran muy parecidas a las nuestras. Además, sus playas son increíbles, tienen una de las mejores olas del mundo y también lo son sus fondos marinos para hacer buceo». Ha quedado claro a estas alturas que a Carlos le apasiona el surf.

Safari Etosha en Namibia y en Savuti (Botswana). BC
Imagen principal - Safari Etosha en Namibia y en Savuti (Botswana).
Imagen secundaria 1 - Safari Etosha en Namibia y en Savuti (Botswana).
Imagen secundaria 2 - Safari Etosha en Namibia y en Savuti (Botswana).

En cambio, India tiene la cultura que más ha chocado con la suya. «Tienen una riqueza cultural espectacular y con una gente maravillosa. Sabemos que vamos a volver en algún momento, pero la diferencia cultural en aspectos básicos como la higiene, el trato, la cercanía o la confianza hacen que, si uno no es capaz de abrir la mente, el país pueda llegar a ser demasiado hostil o intenso», añaden.

Fortalecidos como pareja

Un escritor y político venezolano, Rómulo Gallegos, dijo que no había que aceptar nunca como compañero de viaje a alguien a quien no se conociera como a las propias manos. Durante este tiempo reconocen que no han descubierto nada como pareja que no supieran de antes, pero sí ha reforzado muchas de las ideas que tenían sobre su relación.

Varanasi en India. BC

«Hemos vivido experiencias muy felices y momento que jamás olvidaremos, pero también situación de tensión o incertidumbre acentuadas por un idioma diferente, una cultura distinta. Cuando viajas no todo es de color de rosa. Sin embargo, ahí hemos sabido complementarnos, trabajar como un equipo y salir adelante en cada una de ellas», reconoce.

Lo que vendrá

A los más de 25 países que ya han visitado creen que durante este viaje pueden sumar unos once más del continente americano. Y la pregunta, para unas personas que han recorrido tanto mundo, es ¿dónde se irán de vacaciones? El viaje no termina jamás. Solo nosotros terminamos. Un viaje es solo el inicio de otro.

Tren en Sri Lanka. BC

Cuando termine su vuelta al mundo, Carlos sueña con conocer Japón, mientras que Scheherezade tiene en mente Canadá. A pesar de los miles de kilómetros recorridos, ambos saben que su espíritu aventurero y su deseo de descubrir nuevos horizontes los seguirán acompañando siempre.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta De Burgos a más de 38 países, dos oficiales de la Armada se lanzan a dar la vuelta al mundo