Burgos encara el verano con sus embalses al nivel más bajo de los últimos años

De hecho, las reservas actuales son las más bajas de los últimos años y empeoran, incluso, los datos de 2022, cuando a estas alturas se vivió una situación similar.

En este sentido, el sistema de embalses del río Arlanzón, que cubre las necesidades de consumo y regadío de la capital provincial y su alfoz, cuenta ahora mismo con un total de 68,5 hectómetros cúbicos de agua embalsada, repartida entre los 15,8 hectómetros cúbicos en el pantano de Arlanzón y otros 52,7 en el de Úzquiza.

Aunque se trata de alrededor de un 71 % de su capacidad total, las reservas de ambos embalses están por debajo de los datos de 2022 pasado y de la media de la última década a estas alturas del año.

Peor imagen presenta el embalse del Ebro, ubicado a caballo entre Burgos y Cantabria. En este caso, el pantano cuenta ahora mismo con 227 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que apenas supone el 41,96 % de su capacidad total. El año pasado, a estas alturas, el pantano contaba con 404 hectómetros cúbicos, mientras que la media de la última década se eleva hasta los 426 hectómetros cúbicos, el doble de las reservas actuales.

Y todo ello a pesar de las lluvias y tormentas registradas en las últimas semanas en numerosos puntos de la provincia. En Burgos capital, por ejemplo, en lo que llevamos de junio se acumulan ya alrededor de 80 litros por metro cuadrado, cifras muy superiores a las habituales.

Sin embargo, esas lluvias, de momento, no han conseguido ni de lejos paliar el déficit de precipitaciones registrado a lo largo de la primavera. Es más, en las últimas dos semanas ha llovido más en Burgos que entre marzo y mayo.